El 16 de noviembre de 2022, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor conjunto de los Estados Unidos, expresó su poca confianza en que en el corto plazo pueda verse “una victoria militar ucraniana definida, como la expulsión de los rusos de toda Ucrania”. Milley señaló que puede “haber una solución política” que haga que “los rusos se retiren”. Aunque la Casa Blanca ya ha matizado e insistido en que sigue adamantina en su apoyo a Kiev, las declaraciones han causado revuelo y algo de inquietud tanto en Kiev como en las capitales europeas. Europa tiene también sus dudas internas sobre cuándo puede ser un buen momento para empezar a pensar en negociaciones, pero la crisis social y económica presiona en ello.
Frente a estas naciones, los países del este, como Polonia o los bálticos, consideran que no hay que dar ningún respiro a Rusia, los Estados miembros occidentales, como Alemania o Francia, temen los efectos que pueda generar una Moscú inestable y debilitada tras la guerra. Emmanuel Macron, presidente francés, intentó expresarlo en su momento, cuando recomendó no “humillar” a Rusia. La semana pasada, Macron volvió a incidir en su esperanza de que los ucranianos volverán a la mesa de negociación, en una entrevista con el Financial Times.
Ucrania a la mesa de negociación, un tema complicado
Postura oficial de Josep Borrel y Jens Stoltenberg
Se trata de un tema muy delicado, que sobrevoló la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la semana pasada, muy pocos días después de que el Ejército ucraniano recuperara la ciudad de Jersón. La postura oficial es clara: apoyar a Ucrania tanto como sea necesario y dejar claro que solamente Kiev puede decidir cuándo hablar de paz y en qué términos hacerlo. Ese es el credo que repite una y otra vez Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, y es también una idea muy utilizada por Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.
La realidad supera a la línea oficial
Lo que se cree es que durante los próximos meses la guerra entrará en una fase más lenta y estancada debido al duro invierno del este de Ucrania, y que el trabajo de Washington no es invitar a Kiev a plantearse hablar de paz con el Kremlin, pero sí ir allanando el terreno y estableciendo un escenario más realista después de la euforia generada por la contraofensiva ucraniana de los últimos meses.
EEUU y la presión de las Naciones Cautivas, Polonia y Países Bálticos
Pero aunque la línea oficial sea que se va a apoyar a Ucrania el tiempo que el país considere necesario seguir la lucha, lo cierto es que la decisión depende por completo de qué rumbo toma en cada momento Estados Unidos. Son los estadounidenses los que, con su apoyo tanto en forma de material militar como de asistencia económica, hacen viable que Ucrania mantenga su guerra de liberación. Así que todo el mundo asume que será la Casa Blanca, la que decida en qué momento se empuja a Volodímir Zelenski a una negociación con Rusia. Pero aquí tiene mucho que decir las Naciones Cautivas y Polonia.
Naciones Cautivas
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, EEUU se convirtió en el país más poderoso del mundo, transformándose en objetivo de los grupos de presión. estos han ejercido una influencia desmesurada en la política exterior de EEUU. Ejemplos de ello son los poderosos lobbies judíos, que vimos su influencia en el Gobierno de Trump con los Pactos de Abraham. Más recientemente, los grupos de poder de Taiwán, que consiguieron la polémica visita de Nancy Pelosi al país. O el caso actual de la situación en Irán, donde influyentes personalidades iranís en el exilio dan forma a la dirección de la política exterior de Estados Unidos.
La política de Ucrania de la administración Biden está fuertemente influenciada por el Lobby de Naciones Cautivas (CNL). La CNL se compone de emigrados de los antiguos estados soviéticos y de aquellas naciones de Europa central y oriental que cayeron bajo la hegemonía soviética durante la Guerra Fría, incluidos inmigrantes y sus descendientes de los países bálticos, Bielorrusia, Moldavia, Polonia, Ucrania y partes de Rusia occidental. Estas influyentes personalidades consideran a Rusia un «cáncer» a exterminar, y para ello necesitan a EEUU, y ya vemos el resultado.
El lobby está formado por grupos de expertos financiados con fondos extranjeros y con estrechos vínculos con Europa central y oriental, algunos de los cuales han sido consultados directamente por la Casa Blanca durante la crisis. La CNL tiene, al igual que otros grupos de presión, un amplio apoyo en los medios y la academia. Y es cierto, como ocurre con otros grupos de presión extranjeros bien conocidos, bien financiados y bien organizados en Washington, que la CNL tiene derecho a defender su posición con tanta fuerza como la ley lo permita.
Polonia, la cabeza más visible tras Lobby de Naciones Cautivas
Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, Polonia se ha convertido en el centro global del apoyo a Kiev. El primer Ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha sabido leer los tiempos geopolíticos en beneficio de Varsovia. Se ha convertido en la mano derecha de EEUU y Reino Unido en el continente, gracias a su acercamiento a Ucrania.Polonia ha pasado de ser el foco de la confrontación en el seno de la Unión Europea, a ser señalada desde Bruselas como pieza estratégica para la defensa de la UE y del espacio OTAN. Varsovia, de la mano de Washington, ha aprovechado este momento proyección internacional para impulsar las alianzas del este de Europa. Los 9 de Bucarest, alianza Tres Mares(3seas) y el Pacto Trilateral. Polonia ha ocupado el lugar de «mano derecha» de EEUU y tras este país, ha sido el que más armamento ha entregado a Kiev.
La Mancomunidad de Polonia-Lituania, la Primera República Polaca
La Mancomunidad de Polonia-Lituania, la República o Mancomunidad de las Dos Naciones o la Primera República Polaca, fue una monarquía aristocrática federal formada en 1569 por el Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania mediante la Unión de Lublin. El Estado no cubría solo los actuales territorios de Lituania y Polonia (excepto la actual zona occidental de este país), sino también el territorio de Bielorrusia, gran parte de Ucrania, Letonia, Estonia, así como el óblast de Kaliningrado y partes de los óblast de Smolensk y Briansk en Rusia.
Ucrania del Oeste(Polonia) Ucrania del Este(Rusia)
El río Dniéper forma parte de la cuenca hidrográfica de Europa oriental. Discurre por Rusia, Bielorrusia y Ucrania para desembocar en el mar Negro. La cuenca fluvial separa el país en dos territorios y su importancia para el estado ucraniano se observa en que la propia capital, Kiev, está a su paso. La parte al este del Dniépper, es la que linda con Rusia y Bielorrusia, y creemos que era el objetivo inicial. Buscar un estado satélite, estilo Osetia del Sur o Abjasia, con el objetivo de crearlo en la frontera de ambos países. «Un estado tapón» que permitiera a Rusia no tener frontera directa con Ucrania.
Si EEUU se viera sobrepasada por la situación en Taiwán, daría prioridad a la prioritaria región Asia-pacífico, pero para no permitir que Rusia se hiciera con toda Ucrania, la anexión de Polonia podría ser una posibilidad. No sabemos cuáles serán las futuras fronteras de Ucrania, pero EEUU no se puede permitir dos frentes. Además, EEUU podría estar valorando integrar también en este proyecto a Estonia, Letonia y Lituania ante un posible ataque futuro ruso. Y si Bielorrusia entra en la guerra, Polonia no dudará en atacarla, al igual que a Kaliningrado.
EE. UU-Reino Unido-Polonia; “Americanos dentro, rusos fuera y Alemania abajo”
Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, Polonia se ha convertido en el centro global del apoyo a Kiev. El primer Ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha sabido leer los tiempos geopolíticos en beneficio de Varsovia. Se ha convertido en la mano derecha de EEUU y Reino Unido en el continente, gracias a su acercamiento a Ucrania. Morawiecki, junto a sus vecinos bálticos, tomaron nota de los sucesos de Ucrania en 2014, y desde ese año se tomaron en serio la amenaza rusa. Comenzaron a desarrollar equipos de trabajo para dejar de depender de Rusia de la mano de EEUU, entre los cuales destaca el del gas. Gracias a este equipo de estudio, por ejemplo, plantearon la construcción del gaseoducto Baltic Pipe, que hoy en día permite a Polonia desconectarse de la energía rusa.
Sensaciones sobre la paz en la Unión Europea. Alemania y Francia
Bruselas cree que Putin tiene intención de hablar de negociaciones de paz, pero al calor del debate que se ha hecho público al respecto, el propio Zelenski ha asegurado que Rusia solo pretende una «corta tregua» para simplemente reagruparse y renovar sus ataques contra Ucrania.
Alemania y Francia
Alemania y Francia, temen los efectos que pueda generar una Moscú inestable y debilitada tras la guerra. Emmanuel Macron, presidente francés, intentó expresarlo en su momento, cuando recomendó no “humillar” a Rusia. La semana pasada, Macron volvió a incidir en su esperanza de que los ucranianos volverán a la mesa de negociación, en una entrevista con el Financial Times. Macron reconoce el peligro, de las estadísticas sociales y económicas, su empeoramiento podría provocar disturbios en la UE.
Zelenski anuncia la red para servicios básicos por apagones
No cabe duda que Kiev quiere continuar la guerra y como ha comentado Zelenski, es necesario garantizar la habitabilidad de las ciudades para que la población se quede.
Los «puntos de invencibilidad»
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha anunciado la creación de una red de 4.000 “puntos de invencibilidad” en todo el país para atender los servicios básicos de los ciudadanos en caso de apagones prolongados en el suministro eléctrico por la explosión de misiles o bombardeos rusos. “Si vuelven a producirse ataques rusos masivos y si se entiende que el suministro de electricidad no se puede restablecer en unas horas, se activará el trabajo de los “puntos de invencibilidad”: todos los servicios básicos estarán allí”, ha explicado Zelenski en su habitual discurso nocturno.
Estos puntos abren las 24 horas del día, según el mandatario, facilitarán a los ciudadanos afectados el acceso a “electricidad, comunicaciones móviles e internet, calefacción, agua y un botiquín de primeros auxilios”. Los puntos funcionarán en todas las administraciones autonómicas y locales, así como en los centros educativos, edificios del Servicio de Emergencias del Estado y otras instalaciones, ha dicho Zelenski. En el sitio web y en los denominados “puntos de invencibilidad” se podrá también obtener información sobre dónde hay abiertas gasolineras, sucursales bancarias, farmacias o las tiendas más cercanas.
Si la población Marcha, Rusia gana
La ofensiva con drones de manera periódica sobre infraestructuras civiles, sumado a un vecino que amaga con atacarte, es la estrategia de Rusia para doblegar a Ucrania en el norte, y liberar tropas del sur. Ante una contraofensiva ucraniana que avanzó con grandes costes sobre las fuerzas rusas en Járkov, el Kremlin apuesta por el desgaste mental y la desmoralización.
Desmoralización: invierno, drones y Bielorrusia
Los ataques de este lunes son otro indicativo de la presunta estrategia de Rusia para atemorizar y desmoralizar Kiev, apuntando contra los centros que proveen energía en el país a pocos meses de que empiece el invierno. Las ofensivas con drones, que provienen supuestamente de Irán, han provocado miedo y destrucción en la capital ucraniana, que no había atacado en los últimos meses y había retomado una parte de su actividad cotidiana. Ahora esta se ha parado y miles de ucranianos han escapado de la capital.
Bielorrusia
Otra parte de esta estrategia pasa por meter a Bielorrusia en la ecuación del miedo. Este domingo llegaron cerca de 9.000 soldados reservistas rusos a la frontera ucraniana con Bielorrusia como parte del acuerdo para proteger las fronteras. El acuerdo entre Putin y Lukashenko del pasado lunes convierte a Bielorrusia en un país con mucha más relevancia en esta guerra. «Díganle al presidente de Ucrania y a los otros locos que lo del puente de Crimea les parecerán flores si tocan un solo metro de nuestro territorio con sus sucias manos», dijo Alexander Lukashenko el pasado 10 de octubre.
Ucrania no quiere negociar por el momento y se mantiene firme pese a la postura de los países europeos. Está claro que los «puntos de invencibilidad», además de garantizar los servicios básicos, sirven para proteger las ciudades y que sus habitantes no se vayan, porque sería un indicador de que Ucrania estaría perdiendo.
Y aunque desde EEUU insistan en que no están presionando a Ucrania, es innegable que condicionan y tienen mucho que ver en las decisiones de Kiev.