“La guerra está golpeando un sistema alimentario mundial debilitado por el covid-19, el cambio climático y una crisis energética”, sentencia The Economist en su última edición mensual. El trigo, maíz y arroz siguen siendo la base de la dieta en el mundo. Destaca el puesto de Moscú como principal exportador de trigo, junto a una Kiev, que se encuentra en el sexto lugar. En conjunto, ambos países representan el 27 % del comercio mundial de este cereal y el 12% del comercio agrícola total. La guerra ha agravado la incertidumbre sobre la seguridad alimentaria, ha desestabilizado el mercado y ha aumentado aún más los precios globales de los alimentos.
Hambruna Global y Seguridad alimentaria mundial
La Seguridad Alimentaria Mundial se refiere a la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad por parte de todas las personas, bajo condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una vida saludable y activa. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019 de la FAO, se estima que un total de 2.000 millones de personas en el mundo experimentan algún nivel de inseguridad alimentaria.
Incluso en América Septentrional y en Europa, donde se calcula que el 8 % de la población, pero tras el Covid y la crisis energética en Europa, la cifra estaría cerca de doblarse. Los niveles de seguridad alimentaria son los siguientes. Inseguridad alimentaria leve. Se produce cuando existe incertidumbre acerca de la capacidad para obtener alimentos. Inseguridad alimentaria moderada. Cuando la calidad de los alimentos y su variedad se ve comprometida o se reduce drásticamente la cantidad ingerida o, directamente, se saltan comidas. Inseguridad alimentaria grave. Se llega a este punto cuando no se consumen alimentos durante un día o más.
Las alarmas de la ONU y The Economist
Según The Economist, aunque millones de personas ya sufrían hambre en 2016, los acontecimientos de los últimos años han disparado las cifras, duplicándose el número de personas en la categoría de crisis alimentaria. Su informe identifica 20 países con problemas de seguridad alimentaria severos clasificando en crisis, emergencia o catástrofe. Al menos 570 millones personas en la última categoría donde el hambre, la muerte, la indigencia y niveles de desnutrición aguda son extremadamente críticos.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, alertaba el 18 de mayo de 2022 en la sede de la ONU en Nueva York, sobre el «imparable» número de personas que sufren hambre en el mundo. Advirtió que los próximos meses amenazan con “el espectro de una escasez mundial de alimentos que podría durar años” y señaló a los más afectados. Las primeras víctimas de una situación como esta son los más pobres. Los hogares de las economías emergentes gastan el 25% de su presupuesto en alimentos, y en el África subsahariana llega hasta el 40%. En Egipto, el pan proporciona el 30% de todas las calorías a la población. Finalizó anunciando que «hay 250 millones de personas que están al borde de la hambruna y otros 1.600 millones, en riesgo latente de estarlo”.
Causas de la hambruna global
Antes de la guerra ya la situación alimentarial era preocupante. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas había advertido que 2022 sería un año muy difícil debido al arrastre de la crisis de la pandemia sobre el transporte y las materias energéticas, los efectos de las sequías, el proteccionismo y la estocada de la guerra en Ucrania.
Sequías
China, el mayor productor de trigo, ya anunció que esta cosecha puede ser la peor de su historia a causa del retraso de las lluvias. Las temperaturas extremas también golpearon duramente en la India, el segundo productor mundial. La situación en África es extremadamente preocupante, la sequía acumula años y la zona del Sahel y el Cuerno de África, son las más afectadas. Además, Francia también anuncia reducción de producción, que se extiende por Europa. También preocupa la situación del denominado “cinturón de trigo” de Estados Unidos.
La perspectiva para el cereal de EE. UU. 2022/23 es de suministros reducidos, exportaciones, existencias de uso doméstico, y precios más altos. El primer pronóstico basado en encuestas para la producción de trigo de invierno de 2022/23 es un 8% inferior al último y se proyecta que los suministros de trigo disminuyan un 3% para el próximo. Además, el abandono de trigo de invierno es el más alto desde 2002 en Texas y Oklahoma.
La afectación la pandemia sobre el transporte y las materias energéticas
El Banco Central Europeo calcula que los problemas de suministros y déficit de energía son responsables de gran parte de la subida de precios. Indica que los costes se deben al déficit de energía y materias primas. Las encuestas de PMI a las fábricas llevan reflejando una escalada sin freno de los precios pagados a los proveedores. Las causas señaladas son dos. Por un lado, la rápida reactivación del comercio mundial tras los confinamientos adoptados a comienzos de 2020 en muchas de las principales economías ha provocado una fuerte congestión de las vías de transporte marítimo.
Que ha redundado en aumentos significativos de los costes de transporte y del precio de ciertas materias primas. Los países se han acercado a los mercados a comprar materias energéticas en masa, ante el miedo a un colapso o precios futuros mayores, provocando mayores precios presentes. Además, esto ha provocado un encarecimiento de los transportes, que ha llevado a disparar aún más los precios de los alimentos por los elevados costes, y limitación de los cargueros. Y por otro lado, desde la perspectiva de la oferta, en los últimos trimestres se han producido algunas disrupciones en las cadenas de suministro global. Han afectado especialmente al coste y a la disponibilidad de determinados bienes y materias primas, disparando su precio. Uno de los mayores golpes, ha sido el bloqueo parcial del principal puerto del mundo, Shanghái, debido a la política de Covid 0.
El proteccionismo y el bloqueo de exportaciones alimentarias
El precio del trigo, que ya había subido un 53% desde principios de año, aumentó otro 6% más el 16 de mayo, después de que la India dijera que iba a suspender las exportaciones a causa de una ola de calor extremo. Otros 30 y subiendo, están aplicando severas restricciones a las exportaciones de alimentos que abarcan el 15% de lo que ser comercializadas en todo el mundo. En la mayoría de los casos se trata de prohibiciones totales ante el medio de quedarse sin reservas y de poder adquirirlas en el extranjero.
Situación en Ucrania
La guerra de Ucrania agrava la inseguridad alimentaria por su efecto en los precios y suministros mundiales de alimentos, energía y fertilizantes. El conflicto entre Rusia y Ucrania llevará a la mundialización del conflicto a través de los sistemas alimentarios y agrícolas. El poder alimentario es la capacidad que determinados países tienen de ganar influencia a través de los alimentos y será determinante y cambiante en los próximos años. Ucrania y Rusia suministran el 28% del trigo comercializado a nivel mundial, el 29% de la cebada, el 15% del maíz y el 75% del aceite de girasol, por poner solo cuatro ejemplos. Y la situación donde más preocupa en África, donde se ha trasladado rápidamente por el bloqueo sobre el puerto de Odesa. Entre 2018 y 2020, África ha importado 3,7 mil millones de dólares en trigo de Rusia y 1,4 mil millones de dólares de Ucrania.
Las compras africanas a Moscú corresponde con el 32% del total, y las de Kiev con el 12%. Estamos hablando de que casi la mitad del trigo que se consume en África, proviene de estos dos países. A día 10 de mayo de 2022, Ucrania espera perder un tercio de la cosecha anual. Y de igual manera que pasa con los combustibles, los países africanos se ven expulsados del mercado ante la imposibilidad de acceder y pagar los precios actuales. Además, la subida de precios de la maquinaria agrícola, los fertilizantes o las propias semillas por la guerra, han dañado aún más a la mayoría de sociedades africanas. La agricultura es el mayor sector económico de África, representando en los últimos años aproximadamente el 15% del PIB total de la región y más de 100 mil millones de dólares anuales.
La relación entre la crisis política y alimentaria
Pero además, hay una clave que relaciona la crisis política con la alimentaria, Rusia es el mayor exportador del mundo de trigo y a diferencia de Ucrania, su cosecha no ha sufrido daños por la guerra. 25 países africanos dependían del suministro de trigo de Rusia o y Ucrania en el año 2021, 21 de ellos importaban la mayoría de este cereal de Moscú. Tras la guerra, los 25 han pasado a ser compradores prioritarios de Rusia, lo que aumenta el poder del Kremlin en África.
La geopolítica del trigo y sus consecuencias
El trigo, el maíz y el arroz siguen siendo la base de la dieta en todo el mundo. El uso de los alimentos como arma geopolítica nace con el desarrollado de los imperios. Un ejemplo de ello, lo vimos en la Guerra Fría, con EEUU como potencia líder en producción. Esto le permitió acercar a diferentes países a sus intereses a cambio del suministro de trigo. Rusia y Ucrania se encuentran entre los mayores productores de trigo del mundo. Destaca el puesto de Moscú como principal exportador, junto a una Kiev que se encuentra en el sexto lugar. En conjunto, ambos países representan el 27 % del comercio mundial de cereal. La guerra ha agravado la incertidumbre, ha desestabilizado el mercado agroalimentario y ha aumentado aún más los precios globales de los alimentos, lo que pone entre la espada y la pared a gran parte de los gobiernos de África.
Rusia y el ejemplo del trigo en Mali
Una de las razones que está llevando a aumentar la influencia de Rusia en África, es la capacidad de ofrecer trigo en las negociaciones, arma que no pueden emplear otros países. En las últimas semanas, conocimos que Alemania y Francia se retiraban de misiones antiterroristas en Mali. Uno de los motivos es la negativa del gobierno de la junta militar de celebrar elecciones, como le pedían los países europeos desplegados en el país. Pero la otra se debe a presencia de Wagner, grupo paramilitar a sueldo del Kremlin. Se cree que el gobierno del país, habría accedido a la presencia de Rusia frente a la de los países de la UE, por la falta de resultados contra el terrorismo. Pero Mali y Rusia ya tenían firmado el acuerdo desde 2019, y una de las claves para el acuerdo, el suministro de trigo ruso durante los próximos años.
A cambio, Moscú tiene acceso a reservas estratégicas de metales que se encuentran en el país. Los acuerdos militares son importantes, pero para los países con carencias en el autoabastecimiento alimenticio, la presencia de trigo en las negociaciones, puede decantar la balanza.
Migración
Dependiendo del tiempo que dure el bloqueo del cereal de Ucrania y la gestión que haga Rusia de su trigo, puede producirse uno de los mayores éxodos de la historia. Especialmente en África, destacando el Sahel y el Cuerno de África y Asia. La OTAN teme que Rusia puede usar la gestión del trigo para enviar a millones de africanos a las fronteras de Europa, una estrategia de guerra híbrida para desestabilizar el continente. Recordamos que Bielorrusia ya empleo esta técnica contra la frontera de Polonia, o Marruecos contra España.
Inflación
La crisis del precio del gas, petróleo o alimentos está aumentando la inflación, hasta puntos no vistos en Europa, en decenas de años. La inflación, el «impuesto» que crea pobres, si quieres disparar la conflictividad social, sube los precios. Y esto es lo que puede pasar en una Europa, si se mantiene el aumento de la inflación, aumentará la pobreza, la desigualdad y la gente saldrá a la calle. Rusia y su aliada, China, controlan los factores principales de esta inflación. La OPEP+ apoya a Rusia en no aumentar significativamente la producción de petróleo, suben los precios. Moscú controla la parte de las exportaciones de trigo, pueden presionar los precios. Y la tercera clave la controla Beijing, con el colapso de las cadenas internacionales de comercio por el puerto de Shanghái. Los precios del comercio global están disparados y China tiene en su mano cambiarlos.
Bien explicado, en otros medios por ideología o ignorancia sólo culpan a la situación en Ucrania. Pero la ONU ya lleva avisando tiempo. La guerra ha sido la chispa final, de una acumulación de problemas…