La geopolítica sigue centrada en el conflicto de Ucrania. La tensión en la frontera de este país con Rusia, no para de aumentar. Rusia, EE. UU. y Ucrania siguen movilizando tropas para mostrar imagen de fuerza ante un conflicto. Pero a lo mejor estos movimientos de tropas son una estrategia de distracción mientras las acciones de guerra ya se dan en el interioro de Ucrania. Se presume que mercenarios, ejércitos privados y paramilitares de los dos bandos, están desplegados y «trabajando» en Ucrania.
Rusia y EE. UU. ante el conflicto en Ucrania
La búsqueda de influencia de EE. UU. y Rusia en Ucrania fue la clave geopolítica que provocó la guerra en 2014. EE. UU. buscaba en Ucrania continuar extendiendo su modelo militar, económico y social frente al modelo ruso de estado nación. Por un lado, el país americano buscaba acercar a Ucrania a la Unión Europea para implantar su modelo globalista-consumista. Por otro lado, buscaba que Ucrania entrara en la OTAN para añadir este país a la lista de territorios con bases militares americanas en Europa. EE. UU. Sabe que desde territorio ucraniano podría tener alcance balístico sobre Moscú. Lo que es lo mismo, podría amenazar a Rusia con bombardearle su capital.
EE. UU. no puede permitirse una derrota en este conflicto. Si Rusia saliera como ganadora de este enfrentamiento, su modelo cultural y social podría verse como un modelo de fortaleza y éxito frente al modelo estadounidense. En este caso, podría extenderse y EE. UU. perdería parte de la influencia que ya posee a lo largo del mundo. Un ejemplo de esta situación se está viviendo con Hungría. El actual presidente húngaro, Viktor Orbán, desde su llegada al poder se ha ido acercando al modelo ruso frente al modelo de EE. UU. Una victoria por parte de Rusia podría legitimar y expandir, como en Hungría, su modelo. Por este motivo, los dos países llevarán a cabo todas las acciones necesarias para lograr la victoria. Y aquí aparecen las nuevas formas de hacer la guerra.
Las nuevas formas de hacer la guerra
El conflicto en Ucrania, la inestabilidad en el Sahel, los enfrentamientos políticos en Sudamérica, las presiones de Marruecos a España o la Guerra de Yemen, muestran las nuevas formas de llevar a cabo los enfrentamientos. La guerra tradicional, dónde los adversarios se enfrentaban directamente, ha pasado a un segundo lugar o a un lugar complementario. El uso de mercenarios, paramilitares o ejércitos privados complementados con guerra híbrida, ha cambiado la manera de enfrentarse en la batalla. Si a esto le sumamos la guerra económica, la guerra tradicional ha pasado a un punto no definitorio en los enfrentamientos. Los avances tecnológicos, los nuevos campos de batalla o la presión internacional han llevado a los países a buscar nuevas maneras de luchar por sus intereses. Estas nuevas maneras de hacer la guerra buscan difumar las acciones de los países o personas que las ejecutan. Un ejemplo de ello son los ejércitos privados.
¿Qué son los ejércitos privados?
Los ejércitos privados son compañías de seguridad formadas por ex-militares o mercenarios que se ocupan de garantizar la seguridad en una zona determinada. Oficialmente son contratados para garantizar el bienestar de diplomáticos, intereses económicos o instruir a fuerzas de seguridad en zonas de guerra. Pero en los últimos años su uso se ha disparado por parte de los países, llevando a cabo el trabajo sucio de los ejércitos. El uso de mercenarios, paramilitares o ejércitos privados es común a lo largo de la historia. Pero en la actualidad su utilización es habitual. ¿Por qué? Porque a pesar de las presiones internacionales los países tienen unos objetivos que no van a dejar de cumplir. Y por miedo al descontento o protestas de su población frente a participar en una guerra, recurren a tropas no regladas. Lo que buscan los estados al contratar este tipo de tropas es que los ciudadanos no se enteren y no crear malestar interno.
Además, con el uso de estas tropas, «que no existen» a efectos legales, se evita dar explicaciones. Pagadas con fondos reservados, si estas tropas mueren, no tienen que informar sobre el suceso. En cambio, si se hace un despliegue con soldados militares, y mueren, la política interna buscará explicaciones. Además, contratar este tipo de soldados permite hacer la guerra en la sombra, y si son eliminados, posiblemente no se sepa quién les contrató. Su polémica reputación nace de sus acciones en zonas de conflictos de baja intensidad o enfrentamientos no convencionales como guerra híbrida o en zona de guerrillas.
¿Están los ejércitos privados, Wagner y BlackWater, desplegados en Ucrania?
Blackwater
Probablemente haya mercenarios de este grupo en Ucrania desde 2014. En ese año, Rusia intentó acercar a Ucrania a su país porque tenía información de que EE. UU. estaba buscando acercar a Ucrania a la OTAN y a la UE. En el momento en que el presidente de Ucrania afín a Rusia, Víktor Yanukóvich, intentó promulgar leyes para acercar Ucrania a Rusia, las protestas estallaron. El éxito de las protestas conocidas como Euromaidan, fue tal, que se presume la ayuda extranjera a los manifestantes. Se presume, que EE. UU. usando a mercenarios, amplificó las protestas del Euromaidan con el objetivo de alejar a Ucrania de los intereses rusos.
El grupo Blackwater es un grupo de seguridad, referido como contratistas militares, que ejecuta acciones de seguridad y formación. Aunque sus referencias no digan lo mismo. Debido a sus graves polémicas ha tenido que cambiar de nombre en 2009 a Academi. Se le acusa a sus miembros de la muerte de civiles en misiones de seguridad en Iraq entre otros crímenes. Es el principal ejército de mercenarios de EE. UU. y trabaja con estados unidos en formación de soldados, seguridad en Iraq y Afganistán y en supuestas misiones de la CIA. Esto le obliga a tener licencia de los EE. UU. Entre estas misiones para EE. UU. puede estar la de Ucrania desde 2014 o antes. Miembros o ex miembros de este grupo, se presumen que pudieron ser parte en el Euromaidan. Pudieron aplicar acciones de guerra híbrida, como sabotajes, agresiones o ataques de falsa bandera con el objetivo de «calentar la situación». A mucha gente le recordará como actúan los comandos venezolanos de la «Brisa Bolivariana».
Wagner
Tras el levantamiento de todo el país contra el gobierno pro ruso en 2014, comenzaron los enfrentamientos en Donbass y Lugansk. En estas regiones comenzó un conflicto armado entre las fuerzas independentistas de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk-Lugansk y el gobierno de Ucrania. Se presume que Rusia financió y armó, y lo sigue haciendo, a los ejércitos independentistas de estas zonas. Además de movilizar, supuestamente, mercenarios en el terreno para colaborar con las fuerzas independentistas pro-rusas. Allí se sospechan que estaban miembros de Wagner.
Wagner es un ejército de mercenarios rusos. Su existencia es negada por el Kremlin, pero su fama les precede. Denominados por los propios mercenarios como «salvajes», según denuncias internacionales, no dudan en torturar o violar como arma de guerra. Las ejecuciones sumarias están a la orden del día. Actualmente están desplegados en Libia, Siria, República Centro Africana o en uno de los últimos territorios que se presume están operando, Mali. La zona del Sahel es una zona azotada por el terrorismo islámico, dónde la pobreza se suma a la gran población. Encontrar a este grupo cifrado en 10.000 mercenarios, se presume sencillo, todos aquellos países con intereses para Rusia. Es una forma eficaz de subcontratar aquello criticado por la población. Subcontratar las ejecuciones por si «salta a la prensa». Además, si fueran militares rusos y murieran tendrían que dar explicaciones a sus familias, pero como estos mercenarios no «existen», el gobierno se ahorra los detalles.
El peligro de la alta tensión en Ucrania
El uso de estrategias híbridas y la existencia de mercenarios de ambos bandos en Ucrania, puede ser lo que inicie la guerra. Supongamos que las dos partes tienen paramilitares o ejércitos privados desplegados. Estos comandos estarán dedicando su tiempo a dañar a los rivales. Cortando comunicaciones, saboteando puentes o viaductos o etc. Pensemos que en una de esas operaciones, o que se lleve a cabo un atentado, y muera un ciudadano ruso o un ciudadano de estados unidos. Es la excusa perfecta para comenzar la guerra, si el país del fallecido no interviene queda en una posición de debilidad. Y como ya sabemos de la guerra fría, las apariencias, son todo.
La geopolítica hace extraños compañeros. El orden mundial huele a cambio… Pero se entiende el uso para guerra híbrida de estos mercenarios. La sociedad occidental es blandita y si supiéramos lo que se hace en nuestro nombre habría caos. Periódico geopolítica a ver si puedes hablar de mercenarios en otros países, estaría bien.