Sahel: geopolítica en el polvorín africano disputado por Rusia, UE y EE.UU

El plano de la geopolítica internacional está centrado en Ucrania, pero los intereses de las potencias se siguen enfrentando a lo largo mundo. El Sahel y sus zonas cercanas, llevan siendo un quebradero de cabeza en los últimos años para los intereses generales. El continuo avance del yihadismo, el crecimiento demográfico acelerado, condiciones climáticas extremas y los problemas humanitarios hacen de esta zona un gran desafío.

A esta situación se suman los intereses de Rusia, UE, EE. UU. y Francia. Nombramos a Francia aparte de la UE porque en este territorio tiene gran influencia gracias a la Francofonía. Tras una misión internacional contra el terrorismo dirigida por Francia, que ya dura casi una década, emergen nuevos intereses.

¿Qué es el Sahel y por qué preocupa tanto?

El Sahel y sus zonas aledañas, se han convertido en el centro mundial del terrorismo islámico. El Sahel se sitúa en el norte de África, comprende una franja que va desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo. Atraviesa: Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía. A la preocupación del terrorismo se suma el gran aumento de la población y el miedo a que parte de ella se radicalice. Estamos hablando que sólo en Nigeria viven más de 200 millones de personas. Además, las condiciones climáticas extremas y los problemas humanitarios hacen de esta zona un punto crítico internacional.

En rojo se muestra la región de Azawad.

La Guerra de Mali

En el año 2012 el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad(MNLA) se rebeló contra el gobierno de Malí y declaró la independencia unilateral de Azawad. Esta región corresponde al norte de Mali. El MNLA contó con la ayuda de movimientos yihadistas: Ansar Diner, Boko Haram o Al Qaeda para enfrentarse al ejército. El éxito del avance de esta coalición fue tal, que no tardaron en dominar las principales ciudades del norte de Mali, como Tombuctú. Pero tras la toma de esta ciudad comenzó una guerra abierta entre el MNLA y los yihadistas. Se presume que los Yihadistas aprovecharon la rebelión de MNLA para llevar a cabo su estrategia. Los Yihadistas derrotaron al MNLA y instauraron un califato en el norte de Mali.

Tras la conquista de los islamistas, Mali, solicitó ayuda a la ONU y esta fue concedida. En 2013 el gobierno de Mali, junto a Francia y a una coalición internacional amparada por la ONU pusieron en marcha la Operación Serval. La operación consistió en recuperar de manos de los islamistas las principales ciudades, del norte de Mali. El apoyo internacional y la intensa intervención francesa consiguieron recuperar las principales ciudades de manos de los islamistas. Tras lograr los objetivos la operación finalizó en 2014, pero los problemas llegan hasta hoy. La conquista de las ciudades por parte del operativo internacional desplazó a los islamistas a zonas montañosas o de difícil acceso. Tras la finalización de la operación Serval, dedica a la reconquista del norte de Mali, fue sustituida por la operación Barkhane.

Operación Barkhane

La operación Barkhane es una operación militar que comenzó en 2014 para luchar contra el terrorismo en el Sahel y se extiende hasta el día de hoy. Esta operación se puso en marcha tras finalizar la operación Serval, con el objetivo de eliminar a los yihadistas que se mantenían ocultos en la región. Debido al aumento del yihadismo en el Sahel en el 2018, la operación se extendió también a Mauritania, Burkina Faso, Níger y Benín. La operación es dirigida por Francia y los países vecinos de la región: Mauritania, Burkina Faso, Níger y Mali. Además, cuenta con el apoyo internacional de: ONU, EE. UU. ,Reino Unido, Alemania, España, Canadá, Estonia, República Checa, Suecia, Dinamarca y la UE.

Soldados de la Legión Extranjera Francesa.

La geopolítica en el Sahel. La Francofonía y los nuevos jugadores

Que Francia esté a la cabeza de las operaciones militares descritas no es casual. Francia continúa manteniendo su influencia post-colonialista gracias a la Francofonía. La Francofonía fue fundada en África en 1970 por excolonias francesas. Conocida como la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) fue un objetivo del gobierno francés para ser el contrapeso de la Commonwealth. Esto se adivina al ver que en muchos de los estados que la forman, el Francés no es ni el idioma materno ni siquiera principal. Está formada por 49 estados, cuatro miembros asociados y diez observadores.

Los propios estatutos de la organización reconocen que sus actividades no se centran exclusivamente en la lengua, sino también en la cultura, la educación, la tecnología o en lo militar, como acabamos de explicar. Pero sus objetivos no se quedan en los que reconoce la organización, sino que van mucho más allá. Al igual que la Commonwealth, la Francofonía sigue teniendo una importancia destacable. Francia aprovecha esta organización para mantener su influencia con la creación de relaciones comerciales, políticas, militares o tecnológicas. Muestra del interés galo en esta región, es que cuenta con bases militares en Chad, Níger, Burkina Faso, Mali, Senegal, Costa Marfil o Gabón.

Rusia muestra sus cartas en la región

La reciente expulsión del embajador francés en Malí, muestra que se avecinan cambios geopolíticos en la región. El conflicto de Ucrania visibilizó la «Nueva Guerra Fría» que podemos ver como se da por todo el mundo. En Oriente Medio la firma de los Acuerdos de Abraham por parte de EE. UU. e Israel frente a la alianza de Rusia con Siria o Irán. En Asia, el acercamiento de Taiwán a EE. UU. frente a los acuerdos de Rusia con China. En Latinoamérica, los acuerdos de EE. UU. con el Brasil de Bolsonaro frente a la alianza de Cuba y Venezuela con Rusia. En Europa, Unión Europea, OTAN y EE. UU. contra Rusia y la CSTO. Y África no iba a ser menos. Los intereses de EE. UU. en Marruecos y de Rusia en Argelia se extienden hacia el Sahel.

Se presume que la reciente expulsión del embajador francés se debe a dos motivos. El primero, al descontento de la población con la presencia del ejército francés y la falta de avances contra el terrorismo. El segundo, se presume que es por la aparición de Wagner. Wagner, es un grupo de mercenarios cuantificado en unos 10.000 miembros, que trabajan para intereses rusos. Su aparición se da en todos aquellos países en los que Rusia quiere extender su influencia. Su forma de proceder es la siguiente: cuándo un país, un gobernante afín o un territorio interesa a Rusia, primero manda a Wagner. Para evitar conflictos internacionales y no intervenir directamente, Rusia manda a este ejército privado en vez del ejército ruso. Wagner, se encarga de eliminar al enemigo seleccionado o garantizar la seguridad de una zona. Un ejemplo lo vimos en Siria. Rusia mandó a Wagner a ayudar a su aliado Al-Ásad.

Figuras de ajedrez con las banderas de China, Rusia y EE. UU. mirando a África.

Francia y la Unión Europea solicitan a la OTAN y EE. UU. su presencia en el Sahel

La reciente expulsión del embajador francés ha llevado al país galo a plantearse su retirada de Mali. Las bajas, el gasto militar, el descontento social y la falta de avances suman motivos para abandonar el territorio. Los países de la Unión Europea han solicitado a la OTAN, que en su nueva estrategia de funcionamiento tenga en cuenta esta región. ¿Por qué? El continuo avance del yihadismo, el crecimiento demográfico acelerado, condiciones climáticas extremas y los problemas humanitarios hacen de esta zona un gran desafío. Además, temen que si Francia abandona sus posiciones, sean ocupadas por Rusia o China.

1 comentario en «Sahel: geopolítica en el polvorín africano disputado por Rusia, UE y EE.UU»

  1. Lo de Francia en África es de destacar, es el único país europeo que aún mantiene cierto ejército en el extranjero defendiendo sus intereses. Muy interesante como trata periódico geopolítica el tema. Y a ver si España espabila en geopolítica y empieza a mirar a África, que vienen problemas.

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