Situación del Covid en China. Lo que significaría un bloqueo de Beijing para el comercio mundial tras Shanghái

Las restricciones en Shanghái comenzaron oficialmente el pasado 28 de marzo. Shanghái sigue en su mayoría bajo un bloqueo total, pero algunos barrios han suavizado sus cierres y las restricciones se han relajado marginalmente. Sin embargo, aunque en algunos casos se permite a los residentes salir de sus pisos y casas, se les prohíbe estrictamente visitar lugares públicos, y a otros solo se les permite moverse dentro de los complejos de su barrio; por lo tanto, estas relajaciones no son suficientes para permitir la reanudación del trabajo y la producción en la ciudad.

Al rededor de 330 millones de chinos están afectados en distinto grado por medidas de confinamiento, hablamos de cerca del 25% de la población del país. Además, la preocupación va en aumento por la subida de casos en Beijing, capital de China. En la ciudad, se entremezclan brotes esporádicos y agrupados, tanto de contagios locales como importados. El gobierno ha comenzado a imponer medidas restrictivas en la población, lo que lleva al aumento de la preocupación por la situación del comercio global.

¿A qué se debe la política Covid 0 de China en este momento?

Obviamente lo primero que nos viene a la mente es el peligro de contagios masivos en un país con una población estimada de 1.400 millones de personas. Además, del hacinamiento en múltiples poblaciones y la falta de garantías sanitarias. Pero la cuestión política tiene más peso del que pensamos. Xi-Jinping, presidente de China, tiene mucho en juego con el éxito de las medidas pandémicas del país. Este otoño, el Partido Comunista Chino está programado para celebrar su 20º Congreso Nacional, donde se espera que Xi obtenga un tercer mandato, sin precedentes como líder.

El Partido Comunista de China(PCCh)

El PCCh es el partido político que gobierna la República Popular China. Con más de 91 914 000 miembros en 2020, se ha convertido en una de las mayores organizaciones políticas del mundo. A la cabeza del Partido Comunista se encuentra el Comité Central, formado por alrededor de 80 miembros elegidos por el Congreso Nacional del Partido Comunista de China, que se convoca cada cinco años. Un grupo más reducido de miembros de este Comité Central, en la actualidad 24, constituye el Buró Político, dentro del cual existe a su vez un órgano de poder más restringido formado por los nueve miembros del Comité Permanente del Buró Político.

A estos nueve miembros del Comité Permanente se les considera habitualmente los hombres más poderosos del régimen y la mayoría de ellos desempeñan también funciones de gobierno en el aparato del Estado. Encabezando el Comité Permanente se encuentra el secretario general. El PCC cuenta con dos organizaciones juveniles, el Cuerpo de Jóvenes Pioneros de China, para niños, y la Liga de la Juventud Comunista de China, que sirve de cantera al partido.

Jóvenes chinos en una cola para realizar un test de Covid en Beijing.

El pueblo antes que la economía

Desde que China avanzó a un sistema económico de carácter capitalista, especialmente bajo el mandato de Xi Jinping, parte del PCCh ha dudado de la conveniencia del mismo y del abandono del comunismo. Debemos entender que el partido está formado por diferentes «familias» enfrentadas en una lucha de poder, y parte de ellas no están de acuerdo con parte la gestión de Xi-Jinping. Además, en los últimos años, la Liga de la Juventud Comunista de China ha experimentado un deseo de retomar las bases del comunismo frente al capitalismo. Señalando la prioridad de las personas frente a la economía.

Xi-Jinping se encuentra en una situación complicada. Por un lado, sabe que debe priorizar a la población frente a la economía, ya que un estallido social en China, podría acabar con el PCCh. Además, los sectores comunistas clásicos del partido presionan ante el avance del capitalismo en el país. Por otro lado, sabe que gracias a la economía ha llegado a un punto, que China podría disputarle la hegemonía global a EEUU. Ante esta situación, Xi Jinping ha priorizado a la población, ya que el descontrol del virus podría tener consecuencias incalculables.

El sistema sanitario chino y el «fallo» en Shanghái

Otra clave es la falta de dimensionamiento de las infraestructuras sanitarias chinas. Las acumulaciones de ciudadanos en las principales ciudades, lleva al colapso de los servicios de atención médica, incluso ante reducidos brotes. Además, las ciudades medias y pequeñas o rurales, no tienen material y recursos sanitarios suficientes. A esto se le suma millones de ancianos chinos no vacunados y unos profesionales sanitarios diezmados, donde los suicidios están disparados.

Otro de los motivos que ha llevado a volver a aplicar los confinamientos y medidas estrictas fue el fallo inicial en el control del virus en Shanghái. China dudó en el inicio del año, con casos esporádicos en Shanghái, y en el momento que quiso erradicarlos, ya se habían descontrolado. En un momento en que la mayoría del mundo casi ha dejado el Covid atrás, la imagen de China de «buen gestor sanitario», es puesta en duda y genera desconfianza. Ante esta situación y la del PCCh, China lleva a cabo la estrategia cero-COVID, como una respuesta humanitaria al coronavirus debido a su énfasis en salvar vidas por encima de aumentar ganancias.

De Shanghái a Beijing

Shanghái es la segunda ciudad más poblada del país y la tercera del mundo, con más de 29 millones de personas. En esta población están asentadas la mayoría de multinacionales internacionales que ahora ven peligrar el stock de ordenadores, videoconsolas, teléfonos móviles, servidores o coches eléctricos, un ejemplo de ellas es Apple. Si las restricciones continúan, a pesar de los planes de reactivación, la producción de todos estos bienes podría suspenderse. Esto afectaría a empresas chinas, pero también a americanas y europeas. A la crisis de producción se une otra crisis comercial, el cierre de Shanghái está provocando una congestión en el puerto más grande del mundo y puede suponer una nueva rotura de las cadenas logísticas mundiales, ya sobrecargadas.

El año 2021 registró un volumen de más de 47 millones de contenedores. De ahí que cualquier distorsión en su funcionamiento impacte en el comercio y la producción de todas las economías mundiales. El puerto está operando al 25% de su capacidad, como consecuencia de las duras restricciones impuestas por el Gobierno chino para frenar el enésimo brote de covid. De mantenerse parte de las restricciones o su extensión al resto de China, tensionará aún más la cadena global de suministros y lastrará la competitividad de un sector esencial para las economías en el que cualquier cambio, por pequeño que sea, afecta a todos los eslabones de la cadena.

Imagen de la acumulación de barcos esperando para descargar-cargar en el puerto de Shanghái.

Las tensionadas cadenas logísticas

La crisis marítima de la segunda mitad de 2021, provocada por un exceso de demanda y un acaparamiento de barcos por parte de China, multiplicó por cinco el precio de los fletes marítimos y duplicó el tiempo medio de recepción de la mercancía, de cuatro a ocho semanas. A esto hay que sumarle el encarecimiento en cadena del petróleo y de todas las materias primas. Además, ahora el encierro de Shanghái, que ha supuesto una puntilla más para el sector de la logística y el transporte, especialmente para el transporte marítimo mundial. Y en cuarto lugar, la inflación descontrolada, que impulsa al alza todos los costes y suman un nuevo daño a las redes de transporte.

¿Cómo afectaría el cierre de Beijing al comercio global?

Las autoridades chinas evalúan imponer un confinamiento en Beijing, luego de que los contagios confirmados de Covid-19 en la capital del país superaron los 100 el miércoles. Las autoridades de la ciudad decidieron que los 21 millones de residentes de la ciudad deben someterse a tres pruebas durante cinco días. El gobierno local espera evitar a toda costa repetir los errores de Shanghái: las pruebas solo comenzaron allí después de que los contagios superaran los 1.000, demasiado tarde para contener la epidemia, sin recurrir a la artillería pesada de la política de ‘Covid cero’, que se traduce en un confinamiento estricto.

Desde un punto de vista económico, las medidas impuestas en Shanghái han demostrado que la política de ‘Covid cero’ de China tiene un coste importante. Si bien aún no se ha determinado su impacto real en Shanghái, la economía local, las tiendas y los restaurantes locales, por ejemplo, sufrieron mucho, al igual que la actividad portuaria. Y eso tendrá un impacto en la cadena de valor y en as exportaciones.

Un cierre total de Beijing causaría menos trastornos económicos que los de Shanghái. Aunque ambas ciudades aportan proporciones similares del PIB de China, la de Beijing es del 3,6 % y la de Shanghái del 3,8 %. El centro financiero y comercial de Shanghái se encuentra en el corazón de la región del delta del río Yangtze de China, una enorme conurbación que se extiende por las provincias de Zhejiang, Jiangsu y Anhui, y constituye casi una cuarta parte de la economía de China. El área alberga a 235 millones de personas y muchas fábricas que abastecen al resto del mundo, a través de su puerto, el más importante del mundo.

Beijing no es Shanghái

Las restricciones en Shanghái pueden y están paralizando las cadenas logísticas de medio mundo. En cambio, si el Covid afectara de la misma manera en Beijing, el efecto sería más simbólico. Debemos entender que la capital de China basa su modelo económico en los servicios, por lo que la afectación sería más local. La ciudad que debemos tener presente es Shanghái, y más, cuando el mayor puerto del mundo está colapsado.

1 comentario en «Situación del Covid en China. Lo que significaría un bloqueo de Beijing para el comercio mundial tras Shanghái»

  1. Lo que pasa es que lo de Shanghai lo empezaremos a sufrir ahora tras un mes de los confinamiento y aún no sé nota. Pero veremos que pasa en las próximas semanas y si el virus no sigue extendiéndose por Shanghai o Beijing.

    Responder

Deja un comentario