Las condiciones de Turquía para permitir la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, el PKK y las YPG

Parte I. El camino de Suecia y Finlandia a la OTAN: de la neutralidad a la adhesión, pasando por las capacidades militares y Turquía.

Turquía respecto a la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN

Tras los anuncios de las últimas semanas de la posible entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, Estambul ha visto su oportunidad en el proceso de negociación. Turquía espera obtener una serie de beneficios tensando el proceso de estos dos países a la Organización Atlántica. EEUU es consciente de que la posición del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, plantea un problema considerable. Las posibilidades de que Ankara vete la entrada de Suecia y Finlandia parecen remotas, pero, si ese fuera el caso, significaría un golpe brutal para la OTAN, que cuestionaría la misma existencia de la Alianza.

La entrada de nuevos miembros en la Alianza requiere la aprobación por consenso los 30 países integrantes. Eso significa que la oposición turca puede obstaculizar un eventual proceso de ampliación de la OTAN en un momento crucial.

¿Qué busca Turquía con el anuncio de bloqueo?

En primer lugar, presionar a EEUU desde su posición de segunda fuerza militar de la OTAN. El líder de la oposición turca, Fethullah Gullen vive como refugiado político en el estado de Pennsylvania. Además, EEUU da cobijo y promueve organizaciones turcas que quieren un régimen de libertades políticas para el país. Erdoğan ve a estas dos acciones como una amenaza a su gobierno de corte autoritario, por lo cual, se presume que aprovechará la negociación para solicitar que EEUU corte las relaciones.

En segundo punto, Estambul también busca presionar a Washington por la venta de armas. Biden autorizó la venta a Turquía de 40 cazabombarderos F-16 y misiles antiaéreos, pero el Congreso debe sancionarla. En EEUU existe una división política y social respecto al gobierno de Erdoğan y su deriva autoritaria, y la cámara estadounidense podría votar en contra de la venta material militar. Ante esta situación, Erdoğan ha dejado claro las consecuencias de una posible suspensión del acuerdo de venta de armas.

En tercer lugar, ha pedido a Suecia y Finlandia revisar sus políticas tolerantes hacia el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) y la guerrilla kurda de Turquía. Además, de la exigencia de ‘mano libre’ en Siria para acabar con las milicias kurdas de Siria(YPG). Las YPG han tenido ayuda militar de EEUU, Suecia o Finlandia, en su lucha contra el Estado Islámico. A la vez que lucha contra estas organizaciones, Turquía quiere aprovecharla retirada de los soldados rusos, que Putin está llevando a combatir a Ucrania, frente al aumento de influencia de Irán, enemigo de Turquía por su alianza con EEUU, para posicionarse definitivamente en el norte de Siria.

Ilustración que mezcla la figura de Erdoğan con la bandera de Turquía.

El nuevo «Imperio Turco»

Debemos entender que el proceso de adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN, es visto como una oportunidad para que Turquía alcance sus objetivos estratégicos. El ansia expansionista de Recep Tayyip Erdogan no coge a nadie por sorpresa, el presidente de Turquía ha vuelto a recuperar, desde un tiempo atrás, el discurso sobre el gran Imperio Otomano. El país euroasiático ha ido desligándose de políticas moderadas, hasta convertirse en uno de los grandes operadores de la región. La fama que ha cogido la industria militar de Turquía, especialmente gracias al uso de sus drones Bayraktar TB2, es un ejemplo del discurso nacionalista y expansionista que acompaña al gobierno turco.

Erdoğan, ha sabido posicionarse en busca de sus objetivos en todos aquellos países prioritarios en conflicto, desde África hasta Oriente Medio. El aumento de su presencia en África, se ve por ejemplo, en Libia, donde ha intervenido en el propio terreno. Además, de estar presente en los conflictos de Oriente Medio como en Yemen, Irak o Siria. Dentro de estas operaciones, están los ataques militares que Turquía lanza desde hace años contra las montañas de Bashur (Kurdistán iraquí), la zona del norte de Irak donde la guerrilla del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) tiene sus bases. Tanto el partido gobernante Justicia y Desarrollo (AKP), dirigido por Recep Tayyip Erdoğan como su aliado, el Partido Acción Nacionalista (MHP), buscan revivir el esplendor otomano, algo que incluye extender sus fronteras a las que controlaba el viejo imperio.

El Kurdistán

Kurdistán es una región sin acceso al mar situada en Asia Menor, al norte de Oriente Medio y al sur de la Transcaucasia. Históricamente reclamado por el pueblo kurdo, la etnia que lo habita formaría un estado unificado con aproximadamente 26 000 000 millones personas. Su territorio se encuentra repartido entre cuatro Estados actuales: Turquía, Irak, Irán y Siria, a los cuales hay que añadir un pequeño enclave en Armenia. Abarca 190 000 km² de Turquía, 125 000 km² de Irán, 65 000 km² de Irak y 12 000 km² de Siria, con un área total de casi 392 000 km².

Estas divisiones corresponden corresponde con el Kurdistán noroccidental, situado en Turquía. El Kurdistán oriental, situado en el norte de Irán, incluye las provincias de: Kurdistán, Azerbaiyán Occidental, Kermanshah e Ilam. El Kurdistán meridional, situado en Iraq, incluye la Gobernación de: Duhok, Erbil y Solimania. Por último, el denominado Kurdistán Suroccidental, situado en Siria y formado por la gobernación De Hasaka.

Situación de la aérea histórica que ocupa la etnia kurda.

Partido de los Trabajadores de Kurdistán(PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG)

El Partido de los Trabajadores de Kurdistán es un partido político fundado en Turquía en 1978. Su brazo armado se denomina Unidades de Protección Popular. Lucha por la independencia del Kurdistán y su unidad en un estado confederalista democrático, que comprenda las partes «kurdas» de Irak, Siria, Irán y Turquía. Es considerado como organización terrorista tanto por el Estado turco como por EEUU y la UE, que incluyó al PKK en el listado de organizaciones terroristas a petición de Turquía en 2004. Hoy día el PKK lucha por lograr autonomías democráticas en las diferentes partes donde existe el pueblo kurdo, manteniendo un ideal de construcción de una sociedad comunitaria y socialista desde las propias tradiciones de su pueblo.

Las operaciones de Turquía contra el PKK y las YPG en Turquía, Siria e Iraq

Las ofensivas de Erdoğan contra el PKK y las YPG se ejecutan en tres zonas. En primer lugar, en la propia Turquía, donde el gobierno y el PKK han estado en guerra abierta en el este del país. Erdoğan, ha conseguido a base de ofensivas reducir la capacidad del PKK en el territorio. Una de las razones que ha defendido el gobierno turco para extender las operaciones contra el PKK fuera de Turquía, es la supuesta colaboración de los kurdos de Siria e Iraq con este movimiento. Según la perspectiva turca, los movimientos patrióticos kurdos son terroristas, por lo cual los combate, al igual que lo hace, contra los remanentes de Estado Islámico

En segundo punto, la ocupación turca del norte de Siria, denominada por Turquía como operación «Cinturón de Seguridad». Son los diversos territorios pertenecientes a la República Árabe Siria que Turquía fue invadiendo desde su intervención militar de 2016 en la guerra civil del país. Supone una franja de 30 kilómetros en medio de la frontera turco-siria entre las gobernaciones de Alepo e Idlib. Para el gobierno turco, el objetivo principal de la ocupación militar es evitar la aplicación de la autodenominada Federación Democrática del Norte de Siria, entidad insurrecta creada por el Comité Supremo Kurdo que busca su independencia o autonomía de Siria.

Kurdistán Iraquí

En tercer lugar, Turquía inició el 18 de abril de 2022, la operación «Lock Claw», nombre de la nueva ofensiva militar turca en el norte de Iraq, contra las posiciones del PKK en el “Kurdistán iraquí”. Turquía lanza habitualmente operaciones contra las posiciones del PKK en este territorio, ya que presuntamente dispone de campos de entrenamiento en la región de Sinjar y las zonas montañosas de la región.

Imágenes de las protestas en Ankara contra la gestión de Erdoğan.

La guerra contra el PKK y las YPG, el comodín de Ankara

Motivos políticos

Turquía vive una crisis política, económica y social destacable que ha aumentado el descontento contra Erdoğan. La tasa de inflación interanual de Turquía escaló el pasado mes de abril al 69,97% desde el 61,14% registrado en marzo, ·»destrozando» las rentas de la clase media del país. Esta situación ha llevado a Turquía al borde de una explosión social. Esta se presume como una de las razones por las que Erdoğan ha ido aumentando el tono belicista contra los kurdos, en especial la operación en el Kurdistán iraquí. La principal fuerza de la oposición turca, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), ha escalado en las encuestas explotando el descontento social.

La operación en el Kurdistán iraquí, ordenada por Erdoğan, buscaría paralizar el ascenso del segundo partido, buscando que el conflicto ocupe las informaciones del país. Además, en el año 2023 hay elecciones generales y su partido no parte como favorito para revalidar la victoria. Como buen autócrata, Erdogan, sabe que sus posibilidades de reelección pasan por dejar los problemas políticos, económicos y sociales en un segundo plano. Buscando un conflicto militar que aumente el sentimiento patriótico y nacionalista, y ayude a olvidar los problemas que afectan mayoritariamente a su sociedad.

Motivos económicos

Para entender estas operaciones debemos hablar del Partido Democrático de Kurdistán (PDK), que desde 2003 dirige el Gobierno Regional de Kurdistán (GRK) en Irak. Esta entidad semi-autónoma nace del apoyo occidental, destacando EEUU, tras la Guerra de Iraq. Washington buscaba un aliado en el norte de Iraq debido a sus grandes reservas de petróleo y gas, intentando evitar su control desde Bagdad, ante la posibilidad de gobiernos pro-iranís. Además, está situado en una zona estratégica entre las zonas de influencia de sus rivales en el Cáucaso: Rusia e Irán. EEUU, para garantizar el control de la zona, se alió con el por el poderoso clan Barzani, que representa a la burguesía kurda afín Washington y dirige el PDK.

El PDK está aliado con Turquía, dentro de las relaciones de amistad entre Ankara y EEUU. La colaboración entre Ankara y el PDK, es total, hasta el punto que las fuerzas militares del gobierno del Kurdistán Iraquí, los Peshmerga colaboran en las operaciones contra el PKK. Su objetivo es garantizar la explotación de los recursos en la zona. Los entornos de Erdogan y Barzani, comparte intereses en materia de petróleo y gas. El PDK, necesita las buenas relaciones con Turquía, para poder exportar los recursos a través de su territorio, especialmente en este momento en que Europa está dispuesta a pagar, cualquier precio, por los hidrocarburos.

1 comentario en «Las condiciones de Turquía para permitir la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, el PKK y las YPG»

  1. Parece ser que cualquier estado miembro puede sacar tajada de lo que está ocurriendo.
    Es interesante ver el poder de veto que puede promover un solo pais de más de 30

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