¿Qué ha frenado la «la guerra relámpago» de Rusia? La geopolítica «huele sangre»

La invasión y proceso de toma de las principales ciudades del este de Ucrania, comenzó el día 24 de febrero con los bombardeos contra instalaciones militares por toda Ucrania. Rusia emprendía una acción de guerra convencional. Mientras se producían los bombardeos, marchaba desde Rusia, Bielorrusia y Crimea la ofensiva terrestre con carros de combate y despliegue de paracaidistas. La invasión se produjo por un mínimo de 12 lenguas de ataque distribuidas entre los tres frentes de ataque. La acción comenzó con el «barrido» nocturno de 83 infraestructuras militares ucranianas.

¿A qué nos referimos con «guerra relámpago»?

Antes de explicar qué ha frenado la operación rusa en Ucrania debemos mencionar a que nos referimos con Guerra Relámpago. La guerra relámpago, en su definición clásica, es una táctica militar que tiene como fin el desarrollo de una campaña rápida. Su objetivo es obtener una victoria veloz y contundente. Comienza con un bombardeo inicial, seguido del uso de fuerzas móviles, atacando con velocidad y sorpresa para impedir que el enemigo pueda llevar a cabo una defensa coherente. Tiene dos ventajas y dos inconvenientes principales. La primera ventaja es que evita una guerra total en un territorio ajeno, esto quiere decir, que evitas dar tiempo a la organización de la resistencia del territorio a conquistar. La segunda, permite reducir el desgaste en vidas y en recursos.

Pero tiene dos inconvenientes. El primero son las cadenas logísticas, la organización de los suministros. Si tomamos como ejemplo el frente sur salido de Crimea, una de sus columnas de ataque se desplazó al norte para sitiar Jersón. Esta columna hizo en poco más de un día, 100 kilómetros para llegar a asediar la población desde Crimea. Debemos mencionar que Jersón fue conquistada por Rusia en el día VII de la guerra, tras comenzar su asedio el dia II del enfrentamiento. Las cadenas logísticas fallaron en este caso, una acción tan rápida necesita una gran cantidad de combustibles en un espacio muy corto de tiempo. Parte de los blindados rusos en Ucrania han sido abandonados por los propios soldados del Kremlin, dejaban abandonados las piezas más antiguas para concentrar el combustible en una parte de los tanques. Además, este tipo de ataques necesita más camiones de suministro y muy concentrados, lo que facilita los sabotajes.

El segundo inconveniente de este tipo de táctica militar es el número de lenguas de ataque y la amplitud de operaciones. Si otro ejército menos numeroso y con menos carros de combate que el ruso, hiciera esta operación sobre Ucrania con una defensa en las mismas condiciones, posiblemente ya hubiera perdido a estas alturas de la guerra. La «guerra relámpago» reparte el ejército de esta manera para tomar el mayor número posible de ciudades y presionar con la rendición del país. Pero abrir tanto los frentes y atacar en numerosas lenguas, hace que las columnas sean más reducidas y más fáciles de frenar y de inhabilitar. Además, cuándo se busca la conquista de un territorio si la población se revela, el ataque puede ser frenado o cancelado. Por todo esto creemos que nos podemos referir como intento de «Guerra Relámpago»la ofensiva inicial rusa.

Ucranianos elaborando cócteles molotov en Kiev.

¿Qué ha frenado la «la guerra relámpago» de Rusia?

En primer lugar, la resistencia ucraniana y unos líderes que saben la importancia de mantener la moral alta en combate. Los dos primeros días de guerra, la invasión rusa parecía que terminaría en días, los expertos en inteligencia hablaban de Kiev caería en 90 horas, ya van más de 200. Al presidente Zelensky se le ofreció salir del país junto a su gobierno, y dijo que no, que se quedaba a defender la capital. Ahí comenzó la consagración de un líder y el freno de la ofensiva rusa. Al tercer día comenzó la organización de la resistencia y la completa colaboración de la sociedad civil con las fuerzas armadas. También el gobierno ucraniano supo «crear», muy rápido, héroes y mártires de la guerra. El «Fantasma de Kiev»o «El Mártir del Puente de Kiev» supuso una reflexión importante para la población ucraniana, muchos de ellos se vieron en el deber de tomar las armas por su tierra.

En segundo lugar, la logística. Acabamos de explicar la dificultad de suministrar la cantidad de combustible necesario ante una operación «rápida». A esto se suma la acumulación de vehículos de transporte, lo que facilita que sean objetivos más fáciles de detectar y atacar. Además, los camiones de combustible tienen un blindaje reducido y concentrado en determinadas zonas, la «resistencia ucraniana» ha encontrado una acción donde pueden hacer «daño» a la ofensiva rusa con los cócteles molotov.

En tercer lugar, la preparación de las ciudades. En 2014 estalló una guerra abierta en el Dombass tras las «protestas»(golpe de estado para otros) del Euromaidan. La guerra abierta pasó a una guerra de baja intensidad, debido a los pactos de Minks, desde 2015 hasta la guerra actual. Este tipo de enfrentamiento basado en incursiones y bombardeos muy localizados, facilitó la construcción de defensas en zonas del Dombass. Además, en el resto de territorios del este de Ucrania, ante el temor de la extensión de la Guerra del Dombass o a una ofensiva rusa, también prepararon las ciudades. Un ejemplo es Járkov, ciudad al este de Ucrania muy cercana a Rusia, que se ha convertido en un símbolo. Esta ciudad tenía defensas creadas de los años anteriores: refugios, armamento, paramilitares, voluntarios formados. Tras 8 días de guerra esta ciudad situada a 55 kilómetros de la frontera rusa, resiste a ser conquistada en su totalidad. Y una de las claves han sido los tanques destruidos con los «Javelins» y las tropas llegadas del extranjero.

Soldados disparando un «javelin». Arma antitanque, FGM-148.

La geopolítica occidental «huele sangre»

Las armas antitanque, popularizadas como «javelins»(jabalinas), son otra de las claves del freno a la ofensiva rusa. El FGM-148 Javelin, es un misil antitanque y portátil desarrollado en Estados Unidos. Sumado a los paramilitares extranjeros y voluntarios llegados del todo el mundo al país. (Hay que mencionar que Rusia también tiene una importante colaboración paramilitar en el conflicto). Desde que se demostró la utilidad y «facilidad» de estas armas contra los carros de combate, la mayoría de países occidentales han enviado todo tipo de armas antitanque a Ucrania. EEUU y Reino Unido desde 2014 han estado enviando material militar a las fuerzas armadas ucranianas. El envío de armas se disparó desde el aumento de las tensiones entre Rusia y Ucrania al final del año pasado.

Ucrania ha creado durante la guerra, la Legión Extranjera Ucraniana. Formada actualmente por 2000 exmilitares de Europa, EEUU y países occidentales. Francia ha anunciado que permitirá a su exmilitares ingresar en esta unidad e ir a combatir a Ucrania. También, se ha disparado la llegada de voluntarios al país. Además, en Ucrania hay multitud de paramilitares por ambos lados, desde antes de 2014 por los intereses extranjeros en el país. Un ejemplo son Regimiento Azov, unidad militar de extrema derecha formada por voluntarios neonazis de Ucrania o Croacia, entre otros. Pertenece a la Guardia nacional de Ucrania, unidad de reserva de las Fuerzas Armadas del país y bajo mando del Ministerio del Interior. Su sede está en Mariúpol, dónde en 2014 lograron detener el avance de las milicias prorrusas de la autoproclamada República Popular de Donetsk, en dos ocasiones.

1 comentario en «¿Qué ha frenado la «la guerra relámpago» de Rusia? La geopolítica «huele sangre»»

  1. Buen artículo, es que se cumplen tal cual las ventajas y desventajas de la guerra relámpago en la invasión Rusia que se describe. La geopolítica internacional ya por descontado las dos Ucranias.

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