Putin ha despertado el miedo en la defensa y sobre la dependencia energética de la UE

Parte I: La invasión rusa sobre Ucrania, ha mostrado las debilidades de la Unión Europea

Dependencia militar

La Guerra Fría fue un enfrentamiento total (económico, militar, político, …) divido en dos bandos: el bloque occidental-capitalista encabezado por EE. UU. y el bloque oriental-comunista dirigido por la URSS. La Unión Soviética y los EE. UU. comenzaron a competir por la influencia en Europa, América Latina, Oriente Próximo y los estados recién descolonizados de África y Asia. En 1949 EE. UU. funda la OTAN con el objetivo de frenar la influencia soviética en Europa y poner a los países europeos bajo su tutela. Desde la Segunda Guerra Mundial, Europa centra sus esfuerzos en el crecimiento económico, bienestar y desarrollo, dejando el campo militar en lugar de menor importancia, esperando la protección de EE. UU. a través de la OTAN.

La necesidad de una UE soberana en el ámbito de la seguridad y la defensa se abre paso en el discurso pacifista europeo. La Guerra de Ucrania ha demostrado la necesidad de que la UE tenga los medios militares suficientes y propios para defenderse. En primer lugar, porque tenemos que reconocer que Europa se enfrenta a una serie de desafíos que pondrán en peligro su integridad. La situación de Ucrania nos puede dar una imagen de los objetivos futuros de la Federación Rusa, en los países europeos que comparten frontera: Noruega(No UE; no OTAN, pero aliado de ambas) Finlandia(Sí UE; no OTAN, pero aliada de la misma) Estonia o Letonia (miembros de las dos).

En segundo punto, la UE debe prepararse para los problemas asociados a la «bomba demográfica» de África. Por ejemplo, un país con el índice de desarrollo humano(IDH) más reducido del mundo, como Nigeria, tiene una población en constante crecimiento, de 207 millones de personas. El problema viene cuándo en ese país hay graves problemas humanitarios sumados a una gran actividad de grupos terroristas que controlan pueblos enteros. En tercer lugar, la falta de innovación militar frente a la capacidad de las potencias mundiales. Además, esta característica muestra la necesidad de una mayor coordinación en defensa de la UE. Ya que Europa se está quedando rezagada en cuanto a todo tipo de tecnología y en especial la militar, sólo la capacidad inversora e innovadora de todos los países de la UE, pueden hacer que la Unión Europea sea un objetivo fácil ante un posible conflicto.

Diferencia entre el gasto en Defensa respecto al PIB en 2014 y 2020. Fuente: OTAN.

Los inicios de la defensa europea

En 2014, loas países miembros de la OTAN se comprometieron a llevar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB, como observamos en la gráfica de arriba, muchos países de la Unión Europea, omitieron el acuerdo. Pero tras el ataque de Rusia a Ucrania, parece que la situación va a cambiar. Putin ha conseguido, en menos de un mes, lo que EE. UU. lleva exigiendo a sus aliados de la OTAN durante décadas, que valoren y se comprometan a llegar al 2%. Además, Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha propuesto avanzar en la defensa de la Unión Europea. «Tenemos que ser un socio mejor y trabajar de la mano de la OTAN, que es la piedra angular de la Defensa. Pero la UE tiene que ser un proveedor de seguridad más fuerte», explicó Josep Borrel sobre el tema.

El pasado martes 22 de marzo de 2022 se acordaba entre los ministros de los países de la UE la creación de una fuerza militar común de acción rápida, dotada de hasta 5.000 soldados, para reaccionar en situaciones de crisis. Este titular viene englobado, dentro de la creación de un libro blanco de la Comisión Europea para construir la «Unión Europea geopolítica». La estrategia que propuso Borrel, busca adaptar a la Unión Europea a un entorno más hostil y a unas tendencias geopolíticas que exigen que el bloque asuma una mayor parte de la responsabilidad de su propia seguridad. Por ejemplo, mediante el inicio de maniobras militares europeas en 2023, o contar con una fuerza de respuesta europea en 2025.

Josep Borrel, dejó claro en la presentación de la Estrategia de Defensa Europea, que las decisiones en materia de Defensa tienen que darse «por unanimidad». Además, reconoció que los pasos que se deben seguir tienen que hacerse respetando también las decisiones de la OTAN.

Índices de dependencia del gas ruso en Europa en el 2020.

Dependencia energética

Europa gasta más energía primaría de la que puede producir, por eso tiene que comprar, entre otras materias primas, gas o petróleo en el extranjero. Las importaciones energéticas rusas de la UE se situaron en 108.000 millones de dólares (99.000 millones de euros) en 2021. La situación de dependencia energética de Europa se debe principalmente a la situación geográfica. Pero también el nivel de vida y a las decisiones políticas que nos ha llevado a esta situación. Debemos tener en cuenta, la dependencia energética de los países europeos no es la misma y las fuentes de materias primas energéticas también es diferente. Mientras encontramos países con dependencia de gas ruso como Lituania(71%) o Estonia(90%) encontramos otros como España, dónde el gas ruso solamente supone el 10% del total del gas importado.

La situación geográfica permite a Europa tener escasos yacimientos, yacimientos no rentables o yacimientos que la política europea no permite explotar. Los recursos europeos de gas y petróleo en producción, se centran principalmente en el Mar del Norte y en Noruega. Esta situación se añade al nivel de vida europeo, intensivo en consumo de materias primas, lo que hace más acuciante la necesidad de importar materias primas energéticas. Las decisiones políticas también representan un papel fundamental en la situación actual de dependencia del gas en Europa. La UE ha avanzado en dos direcciones respecto al gas.

Por el lado del consumo, la mayoría de países de la UE, han fomentado el uso del gas en sus sociedades. La gasificación de hogares, polígonos o instituciones ha sido una práctica habitual. Además, se acordó cerrar las centrales térmicas de carbón, en muchos casos dónde este combustible era de origen nacional, y en parte sustituirlas por centrales de gas. Los intereses medioambientales no dejaron ver los intereses geo estratégicos Por el lado de la producción, las medidas de la Unión Europea respecto al gas, se han basado en una política de importación. La presión de determinados países y lobbies «verdes» han provocado que muchas naciones no aprovechen sus recursos gasistas o tecnologías como el «fracking». Un ejemplo lo tenemos en España. Este país cuenta con importantes reservar de hidrocarburos en las Islas Canarias, pero por decisiones políticas, no las explotará.

La política energética de respuesta de la UE

A Mediados de marzo pudimos conocer el plan de la Comisión Europea, para reducir la dependencia energética respecto a Rusia. A diferencia de los EEUU, Europa no puede cortar las importaciones de materias energéticas rusas. El objetivo de Bruselas es acabar con la dependencia de combustibles fósiles rusos antes de 2030. Para ello, propone varios caminos: apostar por las energías renovables, apostar por la energía nuclear y buscar proveedores alternativos de gas natural licuado. La UE tiene una infraestructura gasista interconectada de primer nivel, con gran número de regasificadoras, que permiten traer GLP a Europa, de cualquier parte del mundo. El problema respecto a esta decisión, es el aumento del precio del gas que conlleva el GLP, un 40% más caro que el que llega en gaseoducto.

Además, propone fijar por ley la obligatoriedad de que cada 1 de octubre los países europeos tengan sus reservas de gas en el 90% para asegurar la disponibilidad durante el invierno. Asimismo, se ofrece a ayudar a los estados que quieran hacer compras conjuntas de gas, para hacer fuerza en la negociación. Por último, para el alza de precios actual, la Comisión Europea dice a los estados que pueden gravar los beneficios extraordinarios que tengan las eléctricas y se abre a estudiar la desvinculación del gas del precio de la electricidad.

2 comentarios en «Putin ha despertado el miedo en la defensa y sobre la dependencia energética de la UE»

  1. La geopolítica de España lo tiene más fácil para cumplir los objetivos el problema es cerrar las centrales antes de tiempo. Hay que seguir instalando placas y bombeo y ya luego se verá las nucleares si se apagan.

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  2. Avanzar hacia un ejército común debe ser clave. Además, si acumula un cierto poder podría dejar de dependerse militarmente de EEUU y favorecería un posible acercamiento a Moscú.

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