El pasado 18 de marzo de 2022, Marruecos publicaba una carta del Presidente de España, Pedro Sánchez, al Rey Mohamed VI donde reconocía la propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental como «la base más seria, realista y creíble» para resolver el problema. El día 2 de mayo de 2022, el gobierno de España reconocía que el presidente, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, habían sido espiados con el programa israelí Pegasus que, en teoría, solo se vende a gobiernos y agencias oficiales.
Las intrusiones se produjeron en dos veces, en mayo y junio de 2021, y supuestamente se extrajeron una cantidad de 2,6 gigas en la primera; y de 130 megabites en la segunda. El ministro de la Presidencia de España, Félix Bolaños, informó de “intrusiones consumadas” en las que se ha producido una “extracción de un determinado volumen de datos de los terminales” y ha calificado las intervenciones de “ilícitas” y “externas”. Las fechas del espionaje coinciden con el punto álgido de la mayor crisis entre España y Marruecos, por el Caso Ghali.
¿Quién es Brahim Gali?
Brahim Gali es el Presidente de la República Árabe Saharaui Democrática y secretario general del Frente Polisario. Es una figura histórica de la lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui, que ha participado en la creación del Movimiento Nacional de Liberación Saharaui, en la Intifada de Zemla de 1970, la fundación del Frente Polisario en 1973 y de la República Saharaui en 1976, además de participar en la guerra del Sahara Occidental o en las negociaciones patrocinadas por la ONU con el Reino de Marruecos. Marruecos considera al Frente Polisario un elemento terrorista.
El 14 de noviembre de 2020 estalla nuevamente la guerra en el Sahara Occidental al declarar el Frente Polisario roto el alto el fuego, en respuesta a la intervención de unidades militares marroquíes para expulsar a activistas saharauis cuando estos se manifestaban y bloqueaban, desde el 21 de octubre, el paso fronterizo de Guerguerat. El ataque supuso la vuelta a la guerra que finalizó en 1991, mediante un acuerdo por el cual Marruecos permitiría un referéndum en el Sáhara. Rabat no cumplió lo acordado, y declaró a Brahim Gali como un enemigo de Marruecos.
Brahim Gali en España
Ghali aterrizó en la base militar de Zaragoza el 18 de abril de 2021 en un avión medicalizado procedente de Argel. El médico que le acompañaba hizo el ingreso en el Hospital San Pedro de Logroño con un salvoconducto redactado en francés, extendido con un nombre falso: Mohamed Benbatouche. Días después, los servicios secretos marroquíes descubrieron lo sucedido y el Gobierno de Pedro Sánchez trató de quitar hierro al asunto, alegando que Ghali se encontraba en nuestro país por «razones estrictamente humanitarias».
El ministro de Exteriores del régimen alauí dio buena cuenta del profundo malestar que tal maniobra de ocultación les había causado al preguntar directamente al Ejecutivo español hasta qué punto estaba dispuesto a «sacrificar su relación bilateral» por culpa del líder del Polisario. El secretismo que ha rodeado todo este asunto es precisamente lo que hubo irritado a Marruecos, el 24 de abril calificó de deplorable la actitud del Ejecutivo español y amenazó con represalias.
Debemos hacer una puntualización, la llegada de Gali se produjo el 18 de abril de 2021, de la manera más opaca posible, y aun así, pocos días después, Marruecos ya tenía acceso a la información. No es ninguna sorpresa que los servicios de Inteligencia de Marruecos tengan esa capacidad, lo sorprendente es que no se haya tomado medidas. En cambio, por la presión del país africano, Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en ese momento, sería expulsada del puesto tras poco más de un año en el mismo.
Asalto a la valla de Melilla y significado del Sáhara
El 17 de mayo de 2021, Mohamed VI pone en marcha su acción de guerra híbrida contra España, permitiendo la entrada ilegal masiva de miles de personas a nado a Ceuta, después de que Marruecos abriera los pasos fronterizos del Tarajal y Benzú, lo cual supuso una avalancha de más de 10.000 personas que desbordó a la ciudad autónoma y obligó a intervenir al Ejército en la zona para resolver el caos generado en la peor crisis migratoria vivida hasta la fecha en Ceuta.
Desde la ocupación del Sáhara, Marruecos, busca el apoyo internacional sobre la propiedad del territorio. Los dictámenes del TIJ o las reclamaciones a la ONU por pate de los saharauis sobre la ocupación de su tierra, pasan aún segundo lugar cuando tienen aliados importantes que te respaldan. El Reino de Marruecos ha sabido tejer una amplia telaraña de acuerdos para buscar apoyos internacionales sobre su dominio del Sáhara. Ha conseguido el apoyo de más 80 países sobre su ocupación en este territorio, destacando los últimos movimientos. EE.UU se comprometió en 2020 a considerar el Sáhara Occidental como marroquí, a cambio de que Marruecos reconociera el Estado de Israel. Marruecos consiguió el relevante apoyo sobre su reivindicación sobre el Sáhara con los Acuerdos de Abraham, a la vez, que mejoraba las relaciones con Israel.
El dominio de la geopolítica por Rabat
Marruecos se mueve como pez en el agua en los movimientos geopolíticos. Mientras usa todo tipo de estrategias híbridas contra España para debilitarla, avanza en sus planes expansionistas. A las continuas provocaciones marroquís hacia España: ataques a sus fronteras mediante el uso de migrantes; presión sobre sus recursos naturales, como la instalación de piscifactorías en aguas españolas o buscar hidrocarburos frente a canarias en aguas en disputa o anular un barco a Navantia y jactarse en las redes del daño económico causado a España por ello.
Mientras España no marca una clara hoja de ruta geopolítica, Marruecos llevará la delantera. Y seguirán llegando provocaciones que muestren la falta de agenda internacional de España hacia el mundo. El país africano se está aprovechando de la debilidad del gobierno español y la división política.
La gestión de las aguas cercanas a Canarias entre Marruecos y España
España y Marruecos «cerraron» el jueves 7 de abril de 2022, oficialmente, la crisis diplomática abierta entre ambos países. La rectificación de la posición de España sobre la colonia ha conducido a una declaración conjunta que el Gobierno insiste en calificar de histórica, pero cuyo articulado devuelve a España, en algunos casos, a la posición de partida, o se queda en la intención de constituir grupos de trabajo para abordar las cuestiones. 16 puntos de un documento que ambas partes consideran la hoja de ruta que deberá guiar sus siempre delicadas relaciones bilaterales a partir de ahora. Entre esa lista de objetivos a desarrollar están las aguas en disputa entre ambos estados.
Aguas territoriales
Inicialmente, las aguas territoriales soberanas de un país se extendían hasta 5,6 km (alcance del disparo de un cañón) más allá de la costa. En la actualidad, las aguas territoriales soberanas de un país se extienden hasta 22 km más allá de la costa. Luego los países tienen derecho sobre la zona económica exclusiva. La diferencia entre el mar territorial y la zona económica exclusiva es que el primero confiere plena soberanía sobre las aguas, mientras que el segundo es un mero «derecho de soberanía» que se refiere a los derechos del Estado costero por debajo de la superficie del mar. Las aguas superficiales son aguas internacionales.
Una zona económica exclusiva (ZEE), es una zona del mar en la que un Estado soberano tiene derechos especiales en relación con la exploración y el uso de los recursos marinos, incluida la producción de energía a partir del agua y el viento, siempre que no dificulte rutas comerciales o determinadas zonas pesqueras. Se extiende desde la línea de base hasta 200 millas náuticas,370,4 kilómetros, de la costa del Estado en cuestión. Cuando se produce una disputa entre dos estados por las aguas territoriales o las zonas económicas, se recurre a la mediación del organismo encargado de establecer y garantizar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM). Suele producirse ante la cercanía de determinados países, lo que se hace es dividir la zona marítima proporcionalmente.
Aguas en disputa entre España y Marruecos
Entre el punto más oriental del Archipiélago de Canarias y Marruecos hay alrededor de 100 kilómetros, por lo que no existe océano suficiente para una ZEE singular para ambas regiones. Hasta entonces, ha regido el criterio de la mediana como marco de referencia. Una especie de línea equidistante entre Gran Tarajal y Juby en el corredor de Tarfaya. El Gobierno español y el reino alauita llevaban 15 años sin discutir este asunto, y se presume que la solución vendría por un acuerdo de equidistancia, dividir a partes iguales.
El problema es que a Marruecos no le interesa el principio de equidistancia, sino, una serie de baremos que le den una parte mayor, ya que se conoce la gran cantidad de recursos que albergan estas aguas. Las demandas marroquís buscarían obtener 5 metros de terreno por cada metro que le corresponda a España.
Las casualidades tras el espionaje
Para finalizar, debemos mencionar la casualidad de que se espiase al gobierno de España, entre mayo y junio de 2021, en medio del enfrentamiento con Marruecos por el caso Gali. Es cierto, que también coincidía con la tensión con Cataluña y la filtración de informaciones de que hablaban de espionaje a cargos independentistas. Pero es probable que el gobierno de España anunciase en estos momentos el espionaje, no por protegerse de la presión de los independentistas, sino por un nuevo supuesto chantaje marroquí a España. Rabat, gracias al apoyo de EEUU e Israel, acumula un poder internacional, que puede ser señalado por espiar a Francia o España y no pasarle nada.
No debemos descartar que si Marruecos fuera el ejecutor del espionaje sobre el gobierno de España, no accediera a determinada información que llevara a Sánchez a reconocer la postura marroquí sobre el Sáhara. Y ante el posible uso de esa información, para obligar a España a dar más aguas territoriales a Marruecos, existe la posibilidad de que Sánchez diera orden de publicar el espionaje y así evitar nuevas presiones en las negociaciones por las aguas territoriales. Pero no se debe olvidar, que Rabat tenga más información «crítica» tras el supuesto empleo de Pegasus.
España poco puede hacer teniendo Marruecos a EEUU e Israel de su lado. Además de la colaboración en la geopolítica le surte de tecnología y armamento de primer nivel. Y así hará lo que quiera con España.
A ver si despertamos en España y nos centramos en la geopolítica, hasta la economía a pasado a un segundo plano entre el Covid y la guerra de Ucrania.