Rusia, China, Unión Europea, India, Reino Unido y EE. UU. están en el centro de la geopolítica global. El conflicto de Ucrania ha desplazado el foco informativo a estos países y ha mostrado los intereses cruzados de las mayores potencias a nivel mundial. Todos ellos han encontrado en la Guerra de Ucrania, un elemento externo dónde fijar la atención de sus ciudadanos, ante los desajustes internos provocados por el covid. El ataque de Rusia a Ucrania, ha desafiado los intereses de la Unión Europea y principalmente de EEUU, actuando ante lo que iba a ser la entrada de Ucrania en la OTAN. Esto ha puesto a EEUU en una encrucijada, si interviniera militarmente podría desatar una guerra «total», pero si no hacen nada su figura como potencia quedaría seriamente debilitada. En el medio de los extremos, las sanciones internacionales y la colaboración directa con Ucrania.
La Unión Europea ha demostrado desde el inicio del conflicto su dependencia de EEUU y su papel secundario. El equipo de Biden había llevado las negociaciones con Rusia antes de la guerra, dejando en su segundo plano a la UE. Se presume que el envío de armas a Ucrania por parte de la mayoría de los países de la UE, se debe a presiones de EEUU. Respecto a Reino Unido, encontramos al más fiel aliado de EEUU. Este país ha trabajado, desde su salida de la Unión Europea, en reimpulsar la Mancomunidad de Naciones(Commonwealth). EEUU, Reino Unido y Australia reimpulsan una alianza que vela por los intereses anglosajones. Se preparan para el «mundo chino».
China, con su política «tranquila», sigue avanzando en sus ambiciones mientras se beneficia de la Guerra de Ucrania. Actualmente, el país asiático es el principal sostén del Kremlin. Xi Jinping ha firmado con Putin aumentar la compra de materias primas, mientras EEUU y otros países prohíben su adquisición. Esta situación beneficia doblemente al país asiático, tiene acceso a mayores cantidades de recursos y aún mejor precio. Y no nos debemos olvidar de India, con importantes relaciones históricas con Rusia, pero con continuos choques con el gobierno chino. Es probable, que el resultado final de la Guerra de Ucrania, provoque cambios en las relaciones de poder a nivel mundial.
Los intereses de EEUU y Rusia en la Ucrania de 2014
La búsqueda de influencia de EE. UU. y Rusia en Ucrania, fue la clave geopolítica que provocó la guerra en la zona este del país en 2014. EE. UU. buscaba en Ucrania continuar extendiendo su modelo militar, económico y social frente al modelo ruso de estado nación. Por un lado, el país americano buscaba acercar a Ucrania a la Unión Europea para implantar su modelo globalista-consumista. Por otro lado, buscaba que Ucrania entrara en la OTAN para añadir este país a la lista de territorios de la organización militar en Europa.
Rusia buscaba en Ucrania crear un nuevo «estado satélite» que formara parte del «escudo de la Federación Rusa». Con escudo nos referimos a la estrategia puesta en marcha desde la llegada de Putin al poder, para establecer «territorios prorrusos» en sus fronteras. Su objetivo, sería originar unas «zonas tapón». Un ejemplo similar lo encontramos en las autodenominadas Repúblicas de Osetia del Sur y Abjasia. La guerra ruso-georgiana fue un conflicto armado en 2008 entre Georgia, de un lado, y Rusia con el apoyo de las autoproclamadas repúblicas prorrusas de Osetia del Sur y Abjasia por el otro. Tras la victoria rusa en el conflicto, el Kremlin estableció el control sobre estas «repúblicas independientes no reconocidas».
Los intereses de Rusia y EEUU en torno a Ucrania, y otras zonas del mundo, nos llevan a hablar de «Nueva Guerra Fría» o la «Guerra Fría 2.0». Para entender el momento geopolítico actual y comprender la geostrategia que plantean EE. UU. y Rusia debemos conocer como nace este proceso histórico. La Guerra Fría fue un enfrentamiento total (económico, militar, político,…) divido en dos bandos: el bloque occidental-capitalista encabezado por EE. UU. y el bloque oriental-comunista dirigido por la URSS. La Unión Soviética y los EE. UU. comenzaron a competir por la influencia en Europa, América Latina, Oriente Próximo y los estados recién descolonizados de África y Asia. La geopolítica actual de EE. UU. y Rusia, nos muestra que el conflicto histórico entre ambas potencias, continúa.
China se va a aprovechar como nunca de la situación desde luego. Rusia desgasta a su principal rival, EEUU, a la vez que le compra más barato las materias primas.