Parte I: El futuro de la Unión Europea mira a Francia, Marine Le Pen frente a Emmanuel Macron
El 24 de abril de 2022 no solo se juega el futuro de Francia, si no, el de toda la Unión Europea. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas se muestra como un duelo entre el globalismo frente a los estados nación. Macron apuesta por un continuismo en la política internacional francesa. Proseguir en la OTAN en su forma actual, apostar por el liberalismo internacional, reforzar el eje París y Berlín para garantizar la estabilidad de la Unión Europea y mantener la postura afín a EEUU frente a Rusia.
Por su parte, Le Pen apuesta por abandonar la “comandancia integrada” de la OTAN, lo que supone que Francia no participaría en misiones sobre el terreno ni tendría que seguir las estrategias marcadas por la organización. Sobre la UE, Le Pen ha rebajado mucho el tono rupturista de años atrás y asegura que no quiere salir del club comunitario, pero propone cambiarlo por una “Europa de las naciones estado”.
La Francia geopolítica de Macron
Macron busca hacer de Francia, desde la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, la mano derecha de EEUU en la UE. Las relaciones entre Estados Unidos y Francia fueron establecidas en 1776, tras la independencia de Estados Unidos. Durante su historia han sido importantes aliados, sobre todo durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, que junto con Gran Bretaña formaron los principales aliados que detuvieron el avance alemán. En la actualidad, Francia y Estados Unidos son relevantes aliados militares, comerciales y políticos, miembros fundadores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, de la Organización de las Naciones Unidas y a su vez del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Ambas son consideradas potencias occidentales de primer orden, y mantienen la misma línea política.
Además, en el caso particular de Macron, comparte con EE. UU. su modelo «globalista», que defienden que garantiza la libertad y la riqueza de las naciones. Basado en que la libertad individual siempre está por encima del estado. Otra característica de este modelo es el fomento de la globalización económica como camino al globalismo y mundialización. El globalismo es un sistema ideológico, que promueve la concentración del poder a escala mundial y la transferencia de la soberanía de las naciones, a entidades supranacionales, para conformar una estructura de poder global. Este modelo difundido por EEUU ha encontrado en el conflicto de Ucrania su enfrentamiento directo contra el modelo estado nación defendido por Rusia y China.
El eje franco-estadounidense
EEUU busca extender y garantizar su modelo y el de los aliados, frente a las influencias de Rusia y China. Rusia y China muestran un modelo basado en los estados nación. Dónde los valores tradicionales de familia, tierra y trabajo son la base. Fomentan una sociedad con unos valores nacionales distintivos frente a lo «homogeneización» que para ellos supone el globalismo. EEUU ha encontrado en la Francia de Macron su aliado liberal, frente a este modelo que busca la diferenciación cultural y social frente al globalismo.
Desde los gobiernos de Rusia y China se proponen una serie de actividades básicas para población. Por ejemplo, ajedrez, determinados deportes, ópera, conciertos sinfónicos, musicales, ballet y todo tipo de planes que promuevan la cultura distintiva de estos dos países. Se busca que la sociedad asimile como propias estas actividades y los valores que conllevan. Además, se complementa esta formación cultural, con una educación que hace ver a su población los intereses extranjeros detrás de los modelos culturales.
La construcción de la Unión Europea por EEUU: Plan Marshall, OTAN y Unión Europea
La creación de la OTAN es uno de los pilares que desarrolló EE. UU. para hacer valer sus intereses en Europa. Este pilar de control sería apuntalado con dos proyectos más: el Plan Marshall y los intereses en la creación de la Unión Europea. Debemos recordar que la guerra fría era un enfrentamiento total centrado principalmente en tres áreas: económica, militar y política. El gobierno de EE. UU. desarrolló para Europa planes e instituciones que cubrieran estas tres áreas. El Plan Marshall para acercarnos económicamente, la OTAN militarmente y la Unión Europea para compartir su modelo.
El Plan Marshall fue un paquete de ayudas económicas creado en 1948 por EE. UU. para reconstruir Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Tuvo dos objetivos fundamentales. El primero, evitar la propagación del comunismo de la mano de la URSS y situar a EE. UU. como el «amigo» de Europa frente a la URSS. El segundo, instaurar una economía de mercado en Europa que alejara a los países europeos del modelo económico de la URSS. La preocupación por el poder militar que había demostrado la URSS junto al plan expansionista que puso en marcha llevaron a EE. UU. a crear la OTAN en 1949. Buscaba frenar en el avance de la URSS en la instauración del comunismo a la vez que le permitía influir en la política de numerosos países mediante el acuerdo de colaboración militar.
Inicio de construcción de la UE
En la primavera de 1951, se firma el tratado de la Comunidad Económica del Carbón y el Acero (CECA) por un conjunto de seis países. Se presume que EE. UU. se aseguró en «guiar», desde el inicio, a estos países en el proceso constituyente de lo que hoy conocemos como Unión Europea. EE. UU. impuso su modelo en la creación política de la UE. Esto lo vemos hoy en día cuándo EE. UU. negocia directamente con Rusia sobre Ucrania, mientras la Unión Europea queda en segundo plano. Al final el consumismo-dependencia de EE. UU. se impuso en Europa, frente al modelo de una Europa fuerte y unida de Kalergi.
La Francia Geopolítica de Le Pen: la tercera vía
Le Pen representa en Europa la cabeza más visible de la tercera vía. Una corriente neo-conservadora que busca una Europa independiente, fuerte y con poder propio de decisión. El concepto tercera vía se usa para describir un planteamiento que busca escapar, del globalismo afín a EEUU, pero también del movimiento de izquierdas.
Le Pen frente al globalismo
Le Pen defienden que detrás de «las influencias globalistas» existen grandes fondos de inversión que controlan el Partido Demócrata de EE. UU. La dirigente gala anuncia en sus mítines que no tiene nada en contra de EEUU, pero si contra los intereses de los dirigentes demócratas, que su puestamente, trabajarían para estos grandes fondos. Estos fondos de inversión querrían extender un modelo consumista a nivel global y eliminar todas las diferencias culturales entre los habitantes de la tierra. Defiende que entre algunos de sus objetivos quieren borrar la diferencia entre hombre o mujer, eliminar las fronteras o suprimir la familia tradicional.
Su objetivo sería romper los lazos familiares, territoriales o sociales con el objetivo de individualizar a las personas y tenerlas «controladas y domesticadas» a través del consumismo. Defienden que una persona sin familia, sin tierra y sin trabajo es una persona que vivirá en el medio y la ansiedad. Y ese miedo y ansiedad le lleva ser servil y a buscar en el consumismo su modo de escape. Estos grandes fondos de inversión tendrían más dinero y más poder, a costa de instalar su modelo «globalista-consumista».
El «estilo» Le Pen
Marine Le Pen hizo su misión al cambiar la imagen del Frente Nacional que lo relacionaba con su padre, y sus salidas de tono. La dirigente gala bebe de unos valores conservadores adaptados a la realidad francesa. El partido, bajo su mando, ha ido evolucionando. Le Pen defiende la llamada ‘prioridad nacional’, que pretende favorecer a los franceses sobre los extranjeros en el reparto de empleos, vivienda y servicios sociales. Pero ha sabido alejarse del legado de su padre. Se esmera en proyectar una nueva imagen inclusiva, niega todo tipo de ánimo antisemita o racista y hace constantes acercamientos a la comunidad judía francesa y a las nuevas generaciones de ascendencia norteafricana.
Defiende los valores tradicionales y la importancia de mantener la cultura francesa frente a las influencias extranjeras. Pero ha suavizado su posición frente al aborto y se ha mostrado en contra de las manifestaciones contra el matrimonio homosexual. Además, promueve el valor del laicismo contra el aumento del Islam en Francia. A diferencia de 2017, Le Pen ha entendido que debe gobernar para todos, no para solo los que la votan.
La OTAN de Le Pen
Le Pen apuesta por abandonar la “comandancia integrada” de la OTAN, lo que supone que Francia no participaría en misiones sobre el terreno ni tendría que seguir las estrategias marcadas por la organización. Además, propone un acercamiento de Rusia a la organización, que, según ella, supondría un fortalecimiento de la misma contra terceros países. Pone en duda la lógica de estar aliados con EEUU, situado a 6.000 kilómetros, y enfrentados con Rusia, que forma parte de Europa. Con estas propuestas, la dirigente gala, busca llegar a una OTAN que no pueda sólo actuar para beneficiar a EEUU, sino, a Europa. Rusia sería un contrapeso fundamental a los intereses de EEUU en Europa.
La Unión Europea que propone Le Pen
Sobre la UE, Le Pen ha rebajado mucho el tono rupturista de años atrás y asegura que no quiere salir del club comunitario, pero propone cambiarlo por una “Europa de las naciones estado”. Esto implica que la Unión Europea no podrá tomar ninguna decisión que se entrometa en la política interna del país, y que la Unión Europea, será un grupo que vele por los intereses que comparten todos los estados.
Para la idea de la UE, encontramos una aproximación en Kalergi. En 1923 el experto en geopolítica, Richard Kalergi, público un manifiesto titulado Pan-Europa. Este manifiesto supondría las bases del primer movimiento de unificación europeo. Supuso la creación de la Unión Internacional Europea. Sus metas eran la creación de un estado europeo unificado basado en el liberalismo (esto no lo comparte Le Pen respecto a la economía), cristianismo, responsabilidad social y la creación de una entidad europea. Figuras como Albert Eisnten o el español Salvador de Madariaga, formaban parte de este movimiento de unidad europea.
Kalergi era consciente de las rivalidades de los estados europeos y de la importancia de crear una entidad común ante el avance del poder de EE. UU. o Japón. Era consciente que una Europa fragmentada llevaría a más conflictos y supondría la debilidad ante interferencias extranjeras. Además, este movimiento, quería sembrar las bases para evitar que el nihilismo y el consumismo se extendiera por Europa. Según el autor, esta sería la última oportunidad de generar una Unión Europea sin batutas extranjera. El modelo de Le Pen podría acercarse a esta definición, dejando a un lado el liberalismo económico y el grado de competencias cedidas a Bruselas.
Conclusión
El resultado de las elecciones marcará el futuro geopolítico de la Unión Europea. Si gana Macron veremos una Unión Europea reforzada y dirigida por París con el apoyo de EEUU. Tras lo visto en la crisis de Ucrania, veremos una mayor coordinación entre EEUU y la UE, frente a los intereses de terceros países. Se aumentará las relaciones comerciales entre ambos y se buscará extender y ampliar la OTAN.
Si gana Le Pen, se producirá una reconfiguración de las fuerzas políticas en Europa y esto afectará al mundo. Llegará la nueva era de las naciones-estado a Europa. Francia se sumará al bloque de Polonia y Hungría, frente al aumento de competencias de la UE, y se presume que llevará a una función de la misma. Además, supondrá la pérdida de influencia de EEUU en Europa y la posibilidad de un acercamiento de Rusia. A nivel global implicará unos EEUU más débiles ante la alianza entre Rusia, China e India. No sabemos el resultado de las elecciones, pero si las consecuencias de ambas posibilidades.
Buen análisis y simplificado. Pero ay mucha gente que tiene miedo a un posible cambio de la política hacia eeuu por si nos afecta. Además guste o no nuestra sociedad de parece masa la de Australia o eeuu que la de Rusia o Bielorrusia.