El 9 de agosto de 2022 concluyeron las negociaciones para reactivar el acuerdo nuclear internacional de 2015, en el cual se busca que Irán deje de fabricar armas nucleares. Washington había decidido retirarse del pacto tras acusar a Teherán de incumplirlo, sin embargo, luego de meses de arduas negociaciones, se anunció un nuevo borrador que ahora será analizado por todas las partes para su firma final.
Irán nuclear
En 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso sanciones después de que Irán se negara a suspender su programa de enriquecimiento de uranio, que los gobiernos occidentales temían que estuviera diseñado para desarrollar la capacidad de producir armas nucleares. Las sanciones de Estados Unidos se dirigieron inicialmente contra las inversiones relacionadas con el petróleo, el gas y los petroquímicos. En 2012, y ante la continuidad de las sospechas sobre el programa iraní, EEUU aumenta las sanciones y entre otras, promueve la expulsión de Irán del sistema SWIF y el bloqueo a la venta de su petróleo. Irán responde que su programa nuclear es para fines civiles, incluyendo la generación de energía eléctrica y el uso médico
En 2015, Irán, por un lado, y Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia del otro, se propone garantizar que Irán no se dote de un arma atómica, aunque la República Islámica siempre negó que esa sea su intención. En ese año llegan a un acuerdo que brindó a Irán un alivio en las sanciones a cambio de límites estrictos a su programa nuclear. Sin embargo, se vino abajo cuando Estados Unidos lo abandonó en 2018 bajo el mandato del presidente Donald Trump, y en 2019 restableció nuevas sanciones contra Teherán. Trump ordenó cortar del sistema internacional el Banco Central de Irán y su fondo soberano. Según Donald Trump, se trata de las «sanciones más duras jamás impuestas a un país».
La vuelta al acuerdo de 2015, que no da llegado
Desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, su objetivo con Irán ha sido reincorporarlo al pacto nuclear a cambio de que frene el supuesto programa nuclear dirigido al desarrollo de armas. La negociación emprendida pretendía que los iraníes cumplan de nuevo los límites a su programa atómico, y que Estados Unidos retire las sanciones que reimpuso a Irán cuando abandonó el acuerdo en 2018. El progreso había sido rápido desde la salida de Trump y se estableció una tregua momentánea mientras se producían las nuevas negociaciones.
En abril de 2021 estuvo cerca de descarrilar. Lavrov acusó a la UE de socavar los esfuerzos para reactivar el acuerdo nuclear por las sanciones que impuso la víspera a varios responsables militares y policiales iraníes por la represión de las protestas populares en 2019. Al mismo tiempo, Irán anunció que aumentaría el enriquecimiento de uranio al 60% en respuesta al sabotaje a su planta de enriquecimiento de uranio de Natanz. Lavrov se ha declarado “atónito” por la decisión de la Unión Europea de prohibir la entrada en territorio europeo y congelar los haberes a ocho oficiales iraníes, incluido el jefe de la Guardia Revolucionaria, el general Hosein Salami.
A finales de 2021 el pacto parecía visto para sentencia tras meses de duras negociaciones. Estados Unidos, que lo abandonó en 2018, participa de forma indirecta. Las partes debían finalizar la última ronda de diálogo y volver a sus respectivas capitales con el cometido de recibir la luz verde definitiva. Pero la Guerra de Ucrania, lo haría saltar por los aires.
¿Llegará esta vez el acuerdo con Irán?
Con un borrador final, las conversaciones para revivir el acuerdo nuclear de Teherán con las potencias mundiales terminaron el lunes 9 de agosto de 2022 en Viena. Así lo informó el principal diplomático de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, quien actúa como coordinador de las negociaciones. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, entregó un texto sobre la propuesta que había presentado hace dos semanas con el fin de reactivar el acuerdo conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA). «Nuestra gran expectativa es que el texto sea aceptado, porque es bueno para todas las partes», aseguró.
Ahora, los negociadores jefe de Irán y Estados Unidos, Ali Bagherí Kaní y Robert Malley, tendrán que viajar a sus países a mostrar los resultados y ver si finalmente contarán con la aprobación de sus gobiernos, respectivamente. Funcionarios iraníes aseguraron que no consideran la propuesta de la UE como definitiva, así que transmitirán sus «puntos de vista y consideraciones adicionales» luego de revisar el borrador. La última palabra para retomar el pacto la tendrá el líder supremo de Irán, Ali Khamenei.
Por su parte, Estados Unidos reaccionó positivamente frente al reciente anuncio de Borell: “Por nuestra parte, la posición es clara: estamos listos para concluir rápidamente un acuerdo sobre la base de las propuestas de la UE”, expresó el Departamento de Estado.
Desafíos al pacto
Aunque no se revelaron detalles sobre la propuesta en concreto, el texto responde a aspectos técnicos, como los relacionados con el proceso del levantamiento de las sanciones impuestos hacia Irán por las acusaciones de incumplir el acuerdo del 2015. Teherán asegura que su programa nuclear está diseñado para la generación de energía y otros fines pacíficos y no para la fabricación de armas, como ha sido acusado en distintas ocasiones por Estados Unidos.
Este fin de semana, los funcionarios europeos pidieron supuestamente a Irán abandonar sus “demandas poco realistas” fuera del acuerdo original y le solicitaron someterse a una investigación por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), debido a un material nuclear no declarado encontrado en su territorio. Se sabe que uno de los puntos fundamentales dentro de la propuesta entregada por la UE es la visita por parte de la OIEA para investigar sobre el uranio fabricado en Irán. El compuesto químico tiene una pureza del 60%, muy por encima del 3,67% permitido en el acuerdo del 2015; pero por debajo del 90%, que se considera apto para la fabricación de armas nucleares.
Además de los intereses que supone frenar a Irán como potencia nuclear está el tema del petróleo. Para Estados Unidos el acuerdo va mucho más allá