Europa importará gas a un mayor precio, a pesar de que no servirá para aislar a Rusia

Parte I. En el día 25 de marzo de 2022, la Unión Europea ha cerrado una negociación con EEUU, para garantizar el suministro de GLP al Viejo Continente. Aumentar un 66 % las exportaciones de gas natural licuado (GNL) a la UE para desprenderse de los hidrocarburos rusos. Washington quiere enviar al año 15 bcm (miles de millones de metros cúbicos) más a la UE, lo que supondría elevar la cantidad total anual hasta los 37 bcm. El año pasado Estados Unidos envió 22,2 bcm de gas natural licuado a la UE.

La medida se suma al plan de la Comisión Europea, aprobado a mediados del presente mes, con el objetivo de reducir la dependencia energética de la UE. Estas dos estrategias buscan eliminar la fuente de financiación para el Kremlin, que supone la compra de materia primas energéticas por parte de la Unión Europea. En 2021, el 40% del gas en Europa procedía de Rusia. Y más de una cuarta parte del petróleo importado por la UE, provenía del mismo país. Lo que supuso, (junto a una cantidad de carbón), que la UE importó de Rusia materias energéticas por valor de 108.000 millones de dólares (99.000 millones de euros).

Posible eficacia de las medidas

Conociendo estos datos, respecto a la posible eficacia de dos planes, hay que tener dos circunstancias presentes, el precio del gas natural licuado(GLP) y China. El 90,7% del gas que llegó a Europa en 2021 lo hizo a través de gasoductos y el 9,3% en metaneros en forma de GLP. Si analizamos estos datos, observamos que Europa se dispone a cambiar gran parte del gas que le llega por gaseoducto, por GLP, lo que dispararía el coste de importar gas. Una energía más cara puede ser asumible social y moralmente por muchos europeos, si supone castigar a Rusia en apoyo a Ucrania. El problema aparece en el momento en que los ciudadanos, empresas, instituciones y gobiernos asumen la subida de precios, con el objetivo de aplicar una guerra económica contra Rusia, sin que le afecte al propio objetivo.

China, devorador de materias energéticas, tiene la oportunidad de comprarle a Rusia, todo el gas y petróleo que le rechacen otros países, y a mejor precio. Debemos recordar que EEUU ha sancionado en el pasado a Irán, Corea del Norte o China, y Rusia le ayudaba a saltarse las sanciones mediante operaciones directas o «trueques». La industria Europea pagará unos costes mayores por el gas, mientras la industria China, verá bajar el precio de sus importaciones gasistas. Implicará que parte de las empresas europeas dejarán de ser competitivas e irán a otros países a buscar menores costes energéticos. Esta circunstancia se produce por la presión de EE. UU. a Europa, para dejar de financiar a Rusia. Pero claro, EEUU ya se ha comprometido a no importar más materias energéticas al Kremlin, pero es que estas, no llegan al 3% de las importaciones de hidrocarburos del país.

Imagen de la regasificadora del puerto de Bilbao descargando GLP.

El plan de la Unión Europea

La gasificación de hogares, polígonos o instituciones ha sido una práctica habitual en la UE en los últimos años. Además, se acordó cerrar las centrales térmicas de carbón, en muchos casos dónde este combustible era de origen nacional, y en parte sustituirlas por centrales de gas. Los intereses medioambientales no dejaron ver los intereses geo estratégicos. Por el lado de la producción, las medidas de la Unión Europea respecto al gas, se han basado en una política de importación. La presión de determinados lobbies «verdes» han provocado que muchas naciones no aprovechen sus recursos gasistas o tecnologías como el «fracking». Un ejemplo lo encontramos en España. Este país cuenta con importantes reservar de hidrocarburos en las Islas Canarias, pero por decisiones políticas, no las explotará.

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, se estima que los países de la UE han transferido a Rusia más de 18.000 millones de euros como pago por las importaciones de gas (11.500 millones), petróleo (6.300) y carbón (500). La dependencia del gas de la UE respecto a Rusia, difiere por países: República Checa (100%), Letonia (100%), Hungría (95%), Alemania (55,19%), Polonia (55%), Italia (38,78%), España(15%) o Malta (0%). A diferencia de los EEUU, Europa no puede cortar las importaciones de materias energéticas rusas. Ante esta situación, la Comisión Europea busca acabar con la dependencia de combustibles fósiles rusos antes de 2030. Para ello, propone varios caminos: apostar por las energías renovables, centrales de bombeo, hidrógeno y energía nuclear.

También, propone fijar por ley la obligatoriedad de que cada 1 de octubre los países europeos tengan sus reservas de gas en el 90% para asegurar la disponibilidad durante el invierno. Asimismo, se ofrece a ayudar a los estados que quieran hacer compras conjuntas de gas, para hacer fuerza en la negociación. Para el alza de precios actual, la Comisión Europea dice a los estados que pueden gravar los beneficios extraordinarios que tengan las eléctricas y se abre a estudiar la desvinculación del gas del precio de la electricidad. Por último, buscar proveedores alternativos de GLP. Si analizamos las medidas que acabamos de apuntar, solo esta última es efectiva en el corto plazo, para reducir la importación de gas ruso. Sabiendo que el GLP, supone un aumento del coste medio respecto al gas que llega por gaseoducto, de un 40%.

Parte II:Europa importará gas a mayor precio de EEUU, y Rusia se lo venderá a China

1 comentario en «Europa importará gas a un mayor precio, a pesar de que no servirá para aislar a Rusia»

  1. Lo de la dependencia del gas es un fracaso total de las políticas europeas. No habrán tenido tiempo en los últimos años en avanzar en ese camino. Aunque sea con el fracking, ya que aliviaría los costes de Europa y mejoraría la competitividad, crearía empleo y riqueza. A la vez que se elimina la salida de capitales.

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