20 de abril de 2022 , Marruecos ha hallado petróleo, pesado y ligero, en dos pozos frente a Tarfaya, en aguas a 100 kilómetros a Lanzarote y Fuerteventura en las Islas Canarias. Más de 1.000 millones de barriles valorados en 90.000 millones de euros. La zona del hallazgo se denomina Tarfaya Offshore Shallow, nombre aplicado a una lámina de agua delimitada de 23.000 km2 pertenecientes a las aguas marroquís acorde a las delimitaciones de la ley actual. De esas aguas, son explotables para extracción de hidrocarburos, 11.220 kilómetros cuadrados.
El 7 de septiembre conocimos la propuesta de España para sumar a su superficie 500.000 kilómetros cuadrados más que están bajo las aguas del Atlántico. Puesto que la Convención de la ONU sobre Derechos del Mar permite a los países ribereños ampliar su territorio submarino, España ya ha presentado tres peticiones de anexión de plataforma continental (suelo y subsuelo marino).
Peticiones españolas de anexión de plataforma continental
Las dos primeras están al norte y noroeste de Galicia y la tercera al suroeste de las Islas Canarias. Esta última afecta a unos 296.000 km2 de plataforma continental sumergida. La propuesta se formalizó en 2014, pero tropieza con los planes de Marruecos. En 2020, de manera unilateral, el país vecino aprobó extender su frontera marítima hacia España y el Sáhara Occidental, incluyendo parte de esas aguas solicitadas por nuestro país ante la ONU.
Los planes de Marruecos
Según el balance ofrecido por la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (ONHYM) de las prospecciones del país magrebí entre los años 2000 y 2022. La directora general de la empresa estatal marroquí Onhym, Amina Benkhadra, informó la semana pasada ante la Cámara de Representantes marroquí de la prospección de 67 pozos, repartidos entre diferentes áreas marítimas de Marruecos, de los cuales 40 fueron positivos a petróleo o gas. Los dos últimos son los mencionados, tras los 5 intentos de la zona de Tarfaya Offshore Shallow. Esta situación pone en alerta a su vecina España, que desconfía de las intenciones de Marruecos sobre las aguas en disputa entre ambos países, las aguas marítimas que ambos consideran propias.
¿A qué nos referimos con aguas marítimas propias de un estado?
Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, las aguas marítimas se dividen en distintas zonas o espacios, cada una con diferente nivel de soberanía de los Estados. Su situación geográfica se establece a partir del concepto líneas de base marítimas aprobado en esas reuniones. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) es considerada uno de los tratados multilaterales más importantes de la historia, desde la aprobación de la Carta de las Naciones Unidas, siendo calificada como la Constitución de los océanos.
Fue aprobada, tras nueve años de trabajo, en abril de 1982 en Nueva York, EEUU y abierta a su firma por parte de los Estados, en diciembre de 1982, en Bahía Montego,Jamaica). Entró en vigor el 16 de noviembre de 1994. El mar territorial es el territorio sumergido del Estado y la soberanía sobre el mismo es un corolario de aquella que se posee sobre el territorio terrestre. La razón determinante de este reconocimiento de soberanía estatal sobre el mar adyacente a sus costas consiste en que ello es indispensable a su seguridad y a la protección de sus legítimos intereses.
Aguas territoriales soberanas y zona económica exclusiva (ZEE)
Inicialmente, las aguas territoriales soberanas de un país se extendían hasta 5,6 km (alcance del disparo de un cañón) más allá de la costa. En la actualidad, las aguas territoriales soberanas de un país se extienden hasta 22 km más allá de la costa. Luego los países tienen derecho sobre la zona económica exclusiva. La diferencia entre el mar territorial y la zona económica exclusiva es que el primero confiere plena soberanía sobre las aguas, mientras que el segundo es un mero «derecho de soberanía» que se refiere a los derechos del Estado costero por debajo de la superficie del mar. Las aguas superficiales son aguas internacionales.
Una zona económica exclusiva (ZEE), es una zona del mar en la que un Estado soberano tiene derechos especiales en relación con la exploración y el uso de los recursos marinos, incluida la producción de energía a partir del agua y el viento, siempre que no dificulte rutas comerciales o determinadas zonas pesqueras. Se extiende desde la línea de base hasta 200 millas náuticas,370,4 kilómetros, de la costa del Estado en cuestión. Cuando se produce una disputa entre dos estados por las aguas territoriales o las zonas económicas, se recurre a la mediación del organismo encargado de establecer y garantizar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM). Suele producirse ante la cercanía de determinados países, lo que se hace es dividir la zona marítima proporcionalmente.
Aguas marítimas en disputa entre Marruecos y España
Marruecos ha anunciado que quiere ampliar sus aguas al oeste, pero estas aguas, en parte, le corresponderían a España por la cercanía proporcional de la zona a las Islas Canarias. Sus intenciones serían las de ampliar la jurisdicción para seguir vendiendo derechos de exploración. Marruecos, en uso de su estrategia económica y geopolítica, ha vendido derechos de exploración sobre parte de sus aguas territoriales. El descubrimiento anuciado, con los precios actuales, equivale a más de 100.000 millones de euros, similar al tamaño del PIB de Marruecos. Estas buenas noticias han llevado a Rabat a acelerar sus intenciones de más prospecciones, cuando aún no se han negociado parte de las aguas territoriales en disputa con España.
Marruecos y su gestión geopolítica de las zonas de exploración de hidrocarburos
El pasado 8 de diciembre se celebró la primera sesión del Consejo de Asociación Marruecos-Gran Bretaña en Londres. Entre otros acuerdos, los dos gobiernos establecieron una hoja de ruta para la colaboración en el campo de la ciberseguridad. Se presume, que al igual que la mejora de las relaciones con Israel, el gobierno marroquí está recibiendo ayuda por parte de EE.UU. para el desarrollo de estas negociaciones. Parte de estos acuerdos abarcan la ciberseguridad, tema de máxima importancia ante el aumento de ataques informáticos, noticias falsas y desinformación.
Este acuerdo surge de la alianza entre ambos países y de la concesión en 2019 a la empresa Británica, Europa Oil & Gas, el derecho de exploración del terreno denominado, Tarfaya Offshore Shallow, nombre aplicado a una lámina de agua delimitada de 23.000 km2se para la búsqueda de hidrocarburos. La empresa se encuentra sondeando aguas marroquíes desde que el Gobierno de Marruecos le concediese permiso para ello con licencia para explorar esta cuenca durante 25 años y una participación del 75 %. El 25 % restante corresponde a estatal marroquí, ONHYM.
Desecuentro entre España y Marruecos tras el acuerdo sobre el Sáhara
El presidente español, Pedro Sánchez, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, acordaron poner a sus ministros a trabajar, en la puesta en marcha de la hoja de ruta que debe guiar la “construcción de una nueva etapa en su relación”. Este nuevo clima de cooperación se plasmaría en una cumbre bilateral antes de final de año, según anuncio Pedro Sánchez en la comparecencia en Rabat, hace 10 días. La visita del jefe del Gobierno de España a Marruecos, habría sido utilizado para escenificar la reconciliación entre los dos vecinos, tras 10 meses de crisis diplomática finalizada, en el giro de la posición española en el conflicto del Sáhara.
Se anunció un acuerdo entre ambos países sobre 16 puntos estratégicos, entre los que figuraban el de las aguas territoriales. Uno de esos puntos indicaba que «se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concreto(8)». Marruecos habría dado licencias en parte de ese territorio sin esperar al acuerdo. Lo que evidencia de que Marruecos sigue sus planes a pesar del reconocimiento del ejecutivo español. Además, no sería la primera vez que lleva a cabo acciones sobre las aguas territoriales españolas, como las jaulas instaladas por empresas afines a Marruecos, en las aguas españolas de las islas Chafarinas.
El problema no es que la ampliación de la plataforma continental española se solape con la marroquí, sino que Marruecos ha actuado buscando su beneficio sin tener en cuenta el acuerdo con España. Los dos países tienen especial interés en estas aguas tanto por la posibilidad de que haya gas como por la riqueza de los metales que albergan, aunque si España consigue demostrar que esa zona es una prolongación natural de su territorio terrestre probablemente consiga la aprobación de la ONU.