Las supuestas enfermedades del Rey Mohamed VI, el agravamiento de las crisis sociales y económicas, las tensiones del Covid-19, la suspensión de festividades tradicionales, las crisis larvadas en todas las fronteras terrestres y marítimas, la contestación radical recurrente en el Rif, la vida de derroche del Rey Mohamed VI en Francia, están llevando al pueblo marroquí a una situación de hartazgo.
Además, El 27 de julio de 2022, Human Rights Watch(HRW) tras dos años de investigación, con casi 90 entrevistas a personas dentro y fuera de Marruecos y el análisis de ocho casos de acoso contra disidentes y 22 más de personas ligadas a ellos, la organización publica hoy su informe «Te cogerán, pase lo que pase: el libro de tácticas de Marruecos para reprimir la disidencia».
Las manifestaciones por todo Marruecos no dejan de sucederse en las últimas semanas. El alza de precios y la falta de productos básicos está acabando con la paciencia, ya forzada, de los ciudadanos marroquís. Pero a la situación económica se suma el descontento social.
Consecuencias Covid-19, suspensión fiestas populares y guerra de Ucrania
Los precios de los productos de primera necesidad se han disparado en el país, lo que atribuyen los expertos a la inflación de los precios de las materias primas a nivel mundial debido al aumento repentino de su demanda tras la recuperación económica posterior al levantamiento de las restricciones que impuso el covid-19 y agravado por la guerra de Ucrania.
Otra circunstancia que ha generado importantes protestas en Marruecos con el covid-19, ha sido la suspensión de actividades, rituales y fiestas religiosas. Multitud de fieles han señalado al gobierno por cancelar determinados eventos considerados como sagrados, que ni el propio gobierno «puede decidir sobre ellos».
Las crisis larvadas en todas las fronteras terrestres y marítimas
Las razones que motivan la situación actual entre Marruecos y Argelia tienen su origen en el conflicto del Sáhara Occidental. Marruecos reclama el territorio desde que España lo abandonó en 1975, mientras que Argelia ha venido apoyando al Frente Polisario de Liberación Saharaui; como reacción a ese apoyo, Marruecos ha defendido en la ONU la autodeterminación del pueblo cabileño argelino, enfrentado con Argel. La relación, ya de por sí tensa, empeoró en mayo de 2021 con motivo del asesinato de tres civiles argelinos en la frontera entre el Sáhara Occidental y Mauritania, atribuido por Argelia a “las fuerzas de ocupación marroquíes”. Un incidente parecido, acaecido en 2020, llevó al Frente Polisario a terminar rompiendo el estatus quo de 1990 y reanudar ataques a objetivos marroquíes en la zona, lo que tuvo respuesta por parte de Marruecos.
Desde verano de 2021, cuando Argelia rompió relaciones con Marruecos, ambos países han experimentado una escalada de tensiones. Esta se tradujo en una ruptura definitiva de las relaciones con la decisión de Mohamed VI en enero de 2022 de que el embajador marroquí en Argel cesara en sus funciones, argumentando falta de interés argelina en recomponer la relación.
Represión en el Rif
La República del Rif fue un territorio norteafricano que se separó del Protectorado español de Marruecos en 1921, autoproclamándose independiente sin reconocimiento internacional alguno. Rabat no dudó en integrarlo a la fuerza en Marruecos, hasta el punto que, en 1958, llego a atacar a los pueblos disidentes con napalm. Los grupos opositores rifeños actuales se articulan en el Movimiento Popular del Rif o Hirak del Rif. Organización basada en la protesta popular que tuvo lugar en la región a raíz de la trágica muerte de Mouhcine Fikri el 28 de octubre de 2016. Las protestas se articulan en torno a la demanda pacífica de derechos sociales, económicos y culturales para la región.
Rabat no ha dudado en usar la violencia y represión para tratar las protestas rifeñas hasta el día de hoy. El gobierno marroquí primero promete mejoras sanitarias y educativas, y luego sobre el terreno despliega a sus fuerzas en busca de los líderes de las protestas. Prueba de ello es el nuevo comunicado del fiscal en el que señala: “Los primeros elementos de la investigación han puesto de relieve que las personas implicadas (…) se han beneficiado de transferencias de fondos desde el extranjero así como de un apoyo logístico para desarrollar campañas contra la unidad del reino y sus instituciones así como contra los símbolos del Estado (…)”. El mensaje implícito es que el Estado no puede dialogar con “traidores” que enarbolan la bandera de la efímera República del Rif (1921-1926).
Rabat, como en otros territorios del país, no duda en considerar a los manifestantes como quintacolumnistas y relacionarlos con supuestos lazos con Argelia.
Suspensión de las fiestas del Trono, salud de Mohamed VI
El rey Mohamed VI de Marruecos ha suspendido todas las actividades relacionadas con la Fiesta del Trono, la que conmemora su entronización, el próximo 30 de julio, según un comunicado de la Casa Real marroquí. La delicada salud del monarca ha incitado a tomar esta decisión, según indican fuentes conocedoras de la vida palaciega.Se prolongan “las medidas preventivas impuestas por la evolución de la situación sanitaria debida a la pandemia del covid-19” y “se ha decidido aplazar todas las actividades, festividades y ceremonias previstas con motivo del 23º Aniversario del acceso de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le asista, al Trono de sus Gloriosos Antepasados”, señala el comunicado publicado de última hora.
Es el tercer año que se suspende la Fiesta del Trono, pero las anteriores cancelaciones fueron anunciadas con mucha antelación. Se enmarcaban en las medidas generales vigentes para frenar la propagación de la pandemia que hoy en día han sido casi todas levantadas. Las dudas acechan al pueblo de Marruecos sobre la salud de su líder.
La vida de derroche del Rey Mohamed VI en Francia
La revista estadounidense ‘Forbes’ calcula que la riqueza de Mohamed VI se eleva a unos 5.700 millones de dólares (5.017 millones de euros) siendo la quinta persona más rica de África. Marruecos asigna 250 millones de euros anuales a la familia real, aunque no figura en los presupuestos generales. El monarca alauita dispone de 12 palacios en el reino habilitados y en funcionamiento, con 1.100 sirvientes, su mantenimiento supone un millón de euros al día. Posee un castillo de Betz en Francia, con más de 70 hectáreas de terreno. Mandó construir el cuarto hotel más lujoso del mundo, el Royal Mansour. Posee más de 600 coches de alta gama, uno de los diez yates más caros del mundo y las marcas de lujo francesas lo consideran un asiduo.
El informe de Human Rights Watch(HRW)
Campañas de desprestigio en medios, vigilancia en vídeo o electrónica, condenas por delitos como la violación, intimidación a testigos, violencia física y amenazas a familiares son las seis «tácticas» que, según Human Rights Watch (HRW), usa Marruecos para acallar a los disidentes. En su estudio, HRW explica que desde la mitad de la década del 2010 las autoridades marroquíes no solo persiguen a periodistas y activistas por delitos relacionados con la expresión de ideas, sino también que le adjudican otros como blanqueo, espionaje, violación o incluso trata de seres humanos.
La organización recoge en un vídeo los testimonios de varios de ellos, como el historiador activista Maati Monjib, condenado a tres meses de cárcel por blanqueo, y el también activista Fouad Abdelmoumni, de quien se difundió un vídeo grabado en su casa manteniendo relaciones con su prometida (en Marruecos las relaciones extramatrimoniales están penadas). «Los juicios políticos del pasado dieron prestigio a los disidentes, los hicieron héroes y movilizaron a la opinión pública. Tratándolos como traidores, ladrones o violadores, es la mejor manera de silenciarlos», opina Monjib sobre estos métodos.
Incriminación
Aparece asimismo la periodista Afaf Bernani, que denuncia cómo la presionaron para incriminar a Taoufik Bouachrine, su antiguo jefe en el diario Ajbar al Yawm -el último crítico que quedaba en Marruecos, que tuvo que cerrar por asfixia financiera-, condenado a 15 años por violación y trata de seres humanos. «Cuando la policía me interrogó, me presionaron para decir que era víctima de acoso sexual de Taoufik Bouachrine. Me negué porque ese hombre nunca me acosó. Al salir el informe (del interrogatorio), descubrí que había sido falsificado. Cuando protesté, me procesaron por difamación (a la policía) y me condenaron a 6 meses de cárcel», relata desde Estados Unidos, donde vive ahora.
Por violar a una colega periodista fue sentenciado a 6 años de cárcel en el verano del 2021 el periodista Omar Radi, cuyos padres relatan a HRW que durante el año que pasó detenido antes del juicio su hijo no sabía los cargos contra él y cómo el tribunal rechazó escuchar a testigos en su favor. «¿Cómo iba a defenderse sin ni siquiera saber eso (los delitos que le imputaban)?», se pregunta su madre, Fatiha Radi.
Violencia física
En otros casos, la ONG critica que las autoridades marroquíes llegan a la violencia física y pone como ejemplo a Hicham Mansuri, exresponsable de la asociación de periodismo de investigación AMJI, condenado a un año de cárcel por atentar contra la seguridad del Estado y fraude. Mansuri explicó a HRW cómo una noche, al salir del trabajo, dos hombres le atacaron «de repente, con puñetazos y patadas (…). El ataque fue rápido y profesional (…). Puse una queja, pero la policía no se la tomó seriamente».
Marruecos, apertura en los 90, vuelta a la represión tras las primaveras árabes del 2011
Según explica a Efe Eric Goldstein, subdirector para Oriente Medio de HRW, a partir de finales de los años 90 Marruecos parecía «en el camino del respeto de los derechos humanos y la democratización», pero tras las primaveras árabes del 2011 se volvió «cada vez más represivo». Ahora, sostiene, «no hay prácticamente medios independientes que hablen claro», ya que las autoridades marroquíes «han creado una máquina bien engrasada para acabar con los disidentes».
Unas prácticas que han tenido consecuencias: «Hay menos voces críticas en Marruecos de las que había, algunos se han marchado al extranjero, otros han conseguido asilo político, y los que quedan están caminando en hielo fino y lo saben: que pueden ser la siguiente persona contra la que vayan». «El sistema está diseñado para intimidar y para desalentar a la gente que abre la boca. Es un sistema de terror sutil, pero muy real», explica Goldstein, que añade que mediante este «libro de tácticas» silencian a disidentes «sin que parezca represión tradicional».
Es tremenda la cantidad de estrategias que utiliza Marruecos contra los disidentes… Gracias al informe de HRW se ve cómo intentan mantener intacta la imagen del país cuando en realidad son cada vez más represivos