Los graneros y los puertos de toda Ucrania rebosan de millones de toneladas de cereal sin destino de exportación. La guerra económica desarrollada por Rusia, en respuesta a las sanciones internacionales por la invasión de Ucrania, ha mostrado la crisis alimentaria que se avecina.
El 24 de febrero de 2022, Moscú lanzaba el ataque sobre Ucrania y uno de los primeros objetivos que busca era el dominio sobre el mar Negro. Eso conlleva el control de los puertos y las rutas comerciales, las mismas por las que Ucrania llegó a ser el sexto país del mundo por exportación de trigo.
El control ruso sobre las posiciones de Ucrania en el mar Negro
La búsqueda del control del norte del mar Negro por parte de Rusia, se mostró en 2014. Ese año, tras los sucesos del Euromaidan, Moscú se anexionaba Crimea. El 24 de febrero, con el inicio de la invasión, quedaba claro que esta masa agua era un objetivo prioritario de Moscú. El Kremlin puso en marcha una operativa en tres ejes para controlar el mar Negro, con el objetivo de ahogar a Ucrania y tener poder de presión sobre los mercados alimentarios globales.
Control de las aguas del mar Negro
En primer lugar, Rusia buscó imponer su dominio en el mar Negro desde el primer día de la invasión, eliminando sin complicaciones a la reducida flota de Ucrania. Debemos entender que Rusia posee en Sebastopol, en la península de Crimea, la principal base de la Flota del Mar Negro de la Marina Rusa. Esto permitió al Kremlin extender su control por toda la costa de Ucrania y eliminando el control de Kiev sobre sus aguas.
La isla de las Serpientes
La segunda clave es un islote frente a Odesa. La isla de las Serpientes es una acumulación rocosa situada en el mar Negro, a 45 km de las costas de Rumanía y Ucrania. Actualmente la isla pertenece a Ucrania, pero está tomada por Rusia, desde el segundo día de invasión, dentro del conflicto entre ambos países. Puede parecer un trozo insignificante de tierra, pero guarda importantes claves. Con la toma de la isla de las Serpientes, las fuerzas rusas están en una posición de control sobre el acceso marítimo a Odesa y las rutas comerciales que llegan a ella.
La importancia de la isla es tal, que Ucrania ya ha intentado dos operaciones para recuperarla. El 3 de mayo, las fuerzas ucranianas usaron drones Bayraktar para atacar las instalaciones tomadas por Rusia en la Isla de la Serpiente, pero supuestamente depusieron el intento de asalto. El 9 de mayo, Ucrania intentó una operación para tomar la isla, pero según Moscú fracasó, ya que las fuerzas rusas destruyeron 30 vehículos aéreos no tripulados militares, además de otras naves.
La conquista de la costa ucraniana y el control de los puertos
La tercera clave, aplicada por el Kremlin para tomar la costa ucraniana, fue la conquista terrestre de la misma. Con el inicio de la invasión, Rusia desplegó una serie de lenguas de ataque. Una parte de ellas se encargaron de conquistar los dominios marítimos ucranianos, desde Mykolaiv, pasando por Jersón y Zaporoyia hasta Donetsk. El Kremlin finalizó la conquista de las posiciones marítimas ucranianas, con la toma de Azovstal, Mariúpol. Tras la caída de la ciudad costera, Rusia pasó a controlar los dominios marítimos ucranianos desde Mykolaiv hasta Donetsk, entre ellos, por ejemplo, el puerto de Berdianks.
En estos momentos, Kiev sólo mantiene bajo control la franja costera entre el delta del Danubio y la desembocadura del Dniéper. Lo que implica que mantiene dos puertos en el mar Negro: el de Odesa y el de Bilgorod-Dnistrovskiy, este segundo con escasa capacidad comercial e infraestructuras obsoletas. Por lo cual, Odesa es el único puerto con capacidad para exportar desde Ucrania, pero esto no sirve de nada. Tanto la instalación portuaria, como las rutas que llegan a la misma, están bloqueadas.
Bloqueo marítimo
Un bloqueo marítimo es cualquier esfuerzo para evitar que suministros, tropas, información o ayuda alcancen una fuerza de oposición. Los bloqueos son la piedra angular de toda campaña militar y una opción valiosa en las guerras económicas contra una nación contraria. Los bloqueos se planifican de acuerdo con cuatro reglas generales: el valor del objetivo para bloquear, l a potencia del bloqueo es igual o mayor que la fuerza de oposición, la disposición del terreno para ayudar al bloqueo y la previsión de fuerzas para mantener el bloqueo.
Rusia tenía perfectamente planeado el bloqueo marítimo de Ucrania. Kiev no puede contar con la llegada de armamento ni suministros por vía marítima. Pero al mismo tiempo, tampoco puede dar salida a su producción agrícola, lo que constituye un serio problema global, por el sexto exportador mundial de trigo.
El granero ucraniano
Después de la República Socialista Soviética de Rusia, la República Socialista Soviética de Ucrania era la más importante república de la Unión Soviética en términos económicos. Su suelo fértil producía 1/4 de la producción agrícola soviética y de sus exportaciones alimentarias depende parte del alimento que llega a decenas de países. Ucrania fue el quinto mayor productor de maíz en 2020, tras Estados Unidos, China, Brasil y Argentina. Sexto mayor productor de trigo, tercero en producción de patata, primero en producción de aceite de girasol, séptimo de remolacha, noveno de soja…Y así hasta una lista de más de 30 productos agrícolas donde Kiev compite a nivel mundial.
El puerto de Odesa
Pero el granero ucraniano no tiene sentido si sus alimentos no se pueden exportar. Ucrania tiene una gran dependencia de la exportación de productos agrícolas, principalmente cereales, que vende en su mayoría por mar. El 75% de las exportaciones de grano se realizan a través del puerto de Odesa y está bloqueado. El propio António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, declaró que cerca de veinticinco millones de granos se encuentran “atrapados” en el país. La inmovilización de estas materias primas supone un duro revés para una economía que ya se encuentra muy afectada por la invasión, y la alteración de la seguridad alimentaria global.
Crisis alimentaria
Rusia es el mayor exportador del mundo de trigo y a diferencia de Ucrania, su cosecha no ha sufrido daños por la guerra. Un ejemplo de ello, es que 25 países africanos dependían del suministro de trigo de Rusia o y Ucrania en el año 2021, 21 de ellos importaban la mayoría de este cereal de Moscú. Tras la guerra, los 25 han pasado a ser compradores prioritarios de Rusia, lo que aumenta el poder del Kremlin en África.
Entre 2018 y 2020, África ha importado 3,7 mil millones de dólares en trigo de Rusia y 1,4 mil millones de dólares de Ucrania. Las compras africanas a Moscú corresponde con el 32% del total, y las de Kiev con el 12%. Estamos hablando de que casi la mitad del trigo que se consume en África, proviene de estos dos países. Y de igual manera que pasa con los combustibles, los países africanos se ven expulsados del mercado ante la imposibilidad de acceder y pagar los precios actuales.
Además, la subida de precios de la maquinaria agrícola, los fertilizantes o las propias semillas por la guerra, han dañado aún más a la mayoría de sociedades africanas. La agricultura es el mayor sector económico de África, representando en los últimos años aproximadamente el 15% del PIB total de la región y más de 100 mil millones de dólares anuales. Esta situación, junto a la falta de suministro, puede llevar a la pobreza extrema a 250 millones de africanos.
La geopolítica del trigo
El trigo, el maíz y el arroz siguen siendo la base de la dieta en todo el mundo. El uso de los alimentos como arma geopolítica nace con el desarrollado de los imperios. Un ejemplo de ello, lo vimos en la Guerra Fría, con EEUU como potencia líder en producción. Esto le permitió acercar a diferentes países a sus intereses a cambio del suministro de trigo. Rusia y Ucrania se encuentran entre los mayores productores de trigo del mundo. Destaca el puesto de Moscú como principal exportador, junto a una Kiev que se encuentra en el sexto lugar. En conjunto, ambos países representan el 27 % del comercio mundial de cereal. La guerra ha agravado la incertidumbre, ha desestabilizado el mercado agroalimentario y ha aumentado aún más los precios globales de los alimentos, lo que pone entre la espada y la pared a gran parte de los gobiernos de África.
Coalición internacional para levantar el bloqueo sobre Odesa
Como acabamos de explicar, las consecuencias del bloqueo de Odesa se están sintiendo en todo el mundo por la presión que ejercen sobre los precios de los alimentos. El ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergi ha propuesto, «formar una coalición naval internacional para garantizar que los barcos que transportan granos ucranianos puedan salir de los puertos del Mar Negro». Landsbergis sugirió la idea durante las conversaciones con la secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, en Londres, como explicó a The Guardian en una entrevista. Según los informes, Truss expresó el apoyo de Gran Bretaña en principio a tal coalición.
Pero según el ministro de Asuntos Exteriores lituano, “una coalición de los dispuestos: países con un poder naval significativo” se requiere para proteger las rutas de navegación en el Mar Negro de Rusia. Esta operación de escolta naval no debería involucrar a la OTAN, dijo Landsbergis. “Esta sería una misión humanitaria no militar y no es comparable con una zona de exclusión aérea”, le dijo a The Guardian.
En este momento se estudia esta posible coalición internacional, pero las dudas superan a las certezas. En primer lugar, Ucrania no tiene capacidad para hacerlo sola, incluso con donaciones de todo tipo de armas, ya que Rusia tiene superioridad marítima. La segunda posibilidad, sería una flota internacional que garantizara la ruta, pero los riesgos son elevados, puesto que podría suponer un enfrentamiento con la Marina rusa. La tercera clave, es como acceder al mar Negro ante la gran proliferación de minas, el hundimiento de un barco por parte de una de las partes, podría suponer otra escalada de tensiones.
Entonces la conclusión es que Rusia ya ganó la guerra. Cuando empiecen a escapar por millones de África, Europa tendrá que dar su brazo a torcer y quitar sanciones… La Unión Europea no está preparada para una crisis de esas dimensiones, si ya hay problemas ahora…