Hace meses que la posibilidad de tener que pasar el próximo invierno sin el gas procedente de Rusia y tener que racionar la energía que consumimos dejó de ser una mera hipótesis en la Unión Europea. Ante este escenario, la Comisión Europea públicos un plan de emergencia con el que reducir la demanda de gas en la UE desde este mismo verano de forma coordinada. El 20 de julio de 2022, Bruselas instó, dentro de ese plan, a reducir el consumo del 15% desde agosto hasta marzo para que los países no tengan problemas de suministro. En un primer momento, será aconsejable, pero si se produce finalmente el corte de gas, la aplicación será de manera obligatoria.
Y la respuesta de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica de España, Teresa Ribera, ha sido de las que no dejan lugar a dudas, «España no apoya esta medida». Además, no se ha cortado y ha mandado un recado al corazón de Europa (de los que luego traen consecuencias). «España no ha vivido por encima de sus posibilidades energéticas». Esta última frase es un ataque directo a los países del norte de Europa, que retrasaban y criticaban los planes de ayuda a los países del sur, en la crisis de hace 10 años. Frases como «los PIGS(Portugal, Irlanda, Grecia y España) viven por encima de sus posibilidades» mientras la prima de riesgo ahogaba a los gobiernos del sur de la UE.
Así propone Bruselas reducir el consumo de gas
Entre las medidas que plantea a partir de octubre está la de bajar el termostato de edificios públicos, oficinas y centros comerciales a 19º para reducir el consumo eléctrico, compensaciones financieras para las empresas que reduzcan el consumo y subastas para incentivar una reducción entre los consumidores industriales así como el uso de fuentes alternativas al gas. Pero la medida que ha puesto las armas en guardia, ha sido la petición de reducir el consumo del 15% desde agosto hasta marzo para que los países no tengan problemas de suministro.
“Ahorra gas para un invierno seguro”
El objetivo del nuevo plan de contingencia, bautizado con el título “Ahorra gas para un invierno seguro” y que la Comisión Europea presentó el miércoles 20 de julio, es preparar a Europa a nuevas interrupciones en el suministro e incluso a un corte total en el flujo procedente de Rusia. Un riesgo real dada la reducción gradual de las importaciones y el uso que hace Moscú de esta energía como arma política. Hasta el año pasado, Rusia enviaba el 40% del gas que consume la UE. El flujo actual ha caído a menos del 30% de la media recibida entre 2016 y 2021 e incluso al 20% en el mes de junio.
Berlín busca solidaridad
Uno de los países más expuestos es Alemania. Antes de la invasión rusa a Ucrania, el 55% del gas consumido por el motor económico de la UE procedía de Rusia. La anexión de la península de Crimea en 2014 no solo no hizo a los de Merkel repensar su estrategia, sino que al Nord Stream I le siguió la construcción y finalización de su hermano, el Nord Stream II, que no llegó a ponerse en marcha debido a la guerra. El legado de la ex canciller alemana ha comenzado a ponerse en tela de juicio por la falta de visión estratégica y por entregar la llave energética en bandeja de plata a Moscú.
El propio presidente alemán, Frank. Walter Steinmeir, que fue ministro de Asuntos Exteriores con Merkel, ha llegado a pedir perdón y a expresar su arrepentimiento por apostar su carta ganadora al gas ruso —más barato— y por mantener tibieza en la relación con Putin. En Berlín, desde socialdemócratas hasta democristianos han tenido una relación muy estrecha con Moscú, al que pensaban que podían acercar a Occidente. Los alemanes reconocen que no hizo los deberes y jugó mal sus cartas. Y el precio a pagar puede ser muy alto. Algo que no ocurrió en otros países como España, que sí aplicó la lección. Cerca del 50% de la electricidad que genera nuestro país proviene de fuentes renovables. Además, el país es mucho menos vulnerable a la llave de Putin, se sitúa en torno al 10%.
Berlín pide solidaridad con el gas cuando pedía ortodoxia con la crisis financiera de 2008
La postura de volatilidad a la que está expuesta Alemania emana en buena parte de decisiones mal tomadas. La falta de diversificación le empuja a una situación de máxima vulnerabilidad. Y por ello pide solidaridad y comprensión a socios europeos mejor posicionados. La postura contrasta con la ortodoxia que Berlín lideró durante la crisis financiera de 2008, ante la que exigió reformas de austeridad muy punzantes a los países del sur, a los que con frecuencia reprochaba no haber hecho los deberes.
La respuesta de España a Bruselas y a Alemania
Desde España, en boca de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, la respuesta ha sido clara. «Se debe trabajar con un enfoque europeo, pero es imprescindible abrir un debate; e importante para España ser solidarios, y lo será; pero nuestro país no apoya esta medida», ha sentenciado. El Gobierno de España ha criticado que la medida que pide recortar el 15% en el consumo de gas que pide Bruselas se ha tomado sin consultar a los países miembros.
Argumentos de España contra la medida
El alegato de España es que nuestro país tiene los deberes hechos. Que las infraestructuras de gas son de primer nivel con un gran número de interconexiones, que el conjunto de inversiones en regasificadoras ha costado mucho y que los beneficios que tendrán otros países no lo verá reflejado España por ningún lado. Todo ello pese a que Teresa Ribera reconozca que se deben tomar medidas. La respuesta de la ministra ha tenido más de política que de energética. Se trataba de enviar un mensaje, sobre todo al electorado español, argumentando que nadie se va a quedar sin gas. Cueste lo que cueste, porque todos asumen que los precios subirán.
Mensaje de Sánchez y su gobierno al norte de Europa y a su electorado
Otra parte del mensaje era para Europa, para que sepan que somos potencia gasista y que «donde las dan, las toman». Los ecos de la revancha de la crisis financiera de hace una década empieza a servirse ahora. Entonces estrangulaban los mercados, ahora lo hace Rusia con su gas. La prima de riesgo se ha cambiado por el €/MWh. El sur exige al norte. Todas las miradas están puestas en la reunión de los ministros de Energía el próximo 26 de julio, donde se espera que España desafíe a las presiones de los países del norte de Europa. «España no ha vivido por encima de sus posibilidades energéticas», Teresa Ribera.
Parece que España va a proponer exportar más gas a Francia para evitar aplicar el recorte. Habrá que esperar a la reunión del día 26