Josep Borrel, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha anunciado que La Unión Europea detendrá sus misiones de entrenamiento militar en Mali. Llevaba a cabo desde 2013 con el objetivo de formar a los soldados del país en la lucha contra el terrorismo. El anuncio coincide tras la matanza llevada a cabo en Moura. Supuestamente habría sido llevada a cabo por militares malienses con la colaboración de instructores rusos del grupo Wagner. Los gobernantes de Mali, junto a los gobernantes de otros países del Sahel, llevan tiempo avisando que las misiones europeas no consiguen frenar el avance del terrorismo en la región. Además, en las últimas semanas han avisado de que puede caer cualquier de esos países en manos del terrorismo.
La geopolítica global está en una competición sin descanso por lograr nuevos posicionamientos en el planeta. Esta situación la estamos viendo en África y sobre todo en el Sahel, en los últimos meses. El pasado colonial y la falta de mejoras visibles en la vida de la población están debilitando la presencia de los intereses europeos y estadounidense. Ante esta decadencia, aparecen nuevos competidores por extender su influencia en la región. Rusia, a través del grupo Wagner, se ofreció a los gobiernos del Sahel para acabar con el terrorismo. Estos aceptaron ante la falta de eficacia de las misiones europeas. La matanza de «Moura» lleva la firma del grupo Wagner, que no dudan en usar todo tipo de medidas para acabar con el terrorismo. Y parece que los gobiernos del Sahel han decidido confiar en estas acciones frente a la falta de efectividad de las misiones europeas.
¿Por qué el Sahel preocupa en Europa?
El Sahel y sus zonas aledañas, se han convertido en el centro mundial del terrorismo islámico. El Sahel se sitúa en el norte de África, comprende una franja que va desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo. Atraviesa: Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía. A la preocupación del terrorismo se suma el gran aumento de la población y el miedo a que parte de ella se radicalice. Estamos hablando que sólo en Nigeria viven más de 200 millones de personas. Además, las condiciones climáticas extremas y los problemas humanitarios hacen de esta zona un punto crítico internacional.
¿Cómo se llega a esta situación en el Sahel?
En el año 2012 el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad(MNLA) se rebeló contra el gobierno de Malí y declaró la independencia unilateral de Azawad. Esta región corresponde al norte de Mali. El MNLA contó con la ayuda de movimientos yihadistas: Ansar Diner, Boko Haram o Al Qaeda para enfrentarse al ejército. El éxito del avance de esta coalición fue tal, que no tardaron en dominar las principales ciudades del norte de Mali, como Tombuctú. Pero tras la toma de esta ciudad comenzó una guerra abierta entre los aliados y los islamistas. Los Yihadistas derrotaron al MNLA y instauraron un califato en el norte de Mali.
Tras la conquista de los islamistas, Mali, solicitó ayuda a la ONU y esta fue concedida. En 2013 el gobierno de Mali, junto a Francia y a una coalición internacional amparada por la ONU pusieron en marcha la Operación Serval. La operación consistió en recuperar de manos de los islamistas las principales ciudades, del norte de Mali. El apoyo internacional y la intensa intervención francesa consiguieron recuperar las principales ciudades de manos de los islamistas. Tras lograr los objetivos la operación finalizó en 2014, pero los problemas llegan hasta hoy. La conquista de las ciudades por parte del operativo internacional desplazó a los islamistas a zonas montañosas o de difícil acceso. Tras la finalización de la operación Serval, dedica a la reconquista del norte de Mali, fue sustituida por la operación Barkhane.
La operación Barkhane es una operación militar que comenzó en 2014 para luchar contra el terrorismo en el Sahel y se extiende hasta el día de hoy. Esta operación se puso en marcha tras finalizar la operación Serval, con el objetivo de eliminar a los yihadistas que se mantenían ocultos en la región. Debido al aumento del yihadismo en el Sahel en el 2018, la operación se extendió también a Mauritania, Burkina Faso, Níger y Benín. La operación es dirigida por Francia y los países vecinos de la región: Mauritania, Burkina Faso, Níger y Mali. Además, cuenta con el apoyo internacional de: ONU, EE. UU. ,Reino Unido, Alemania, España, Canadá, Estonia, República Checa, Suecia, Dinamarca y la UE.
La Francofonía y la decadencia de Francia en el Sahel
Francia continúa manteniendo su influencia post-colonialista gracias a la Francofonía. La Francofonía fue fundada en África en 1970 por excolonias francesas. Conocida como la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) fue un objetivo del gobierno francés para ser el contrapeso de la Commonwealth. Está formada por 49 estados, cuatro miembros asociados y diez observadores. Los propios estatutos de la organización reconocen que sus actividades no se centran exclusivamente en la lengua, sino también en la cultura, la educación, la tecnología o en lo militar. Pero sus objetivos no se quedan en los que reconoce la organización, sino que van mucho más allá. Al igual que la Commonwealth, la Francofonía sigue teniendo una importancia destacable. Francia aprovecha esta organización para mantener su influencia en el Sahel con la creación de relaciones comerciales, políticas, militares o tecnológicas.
Las operaciones antiterroristas, que se alarga en el tiempo, está acabando con la paciencia de los habitantes y políticos del Sahel. Los terroristas no son eliminados y la presencia de tropas comienza a generar conflictos con la población. Además, el sentimiento anticolonialista está creciendo de nuevo con fuerza y los gobernantes de estas regiones saben que aparte de Francia y la Unión Europea, ahora pueden elegir nuevos aliados. Esto es aprovechado por Rusia para desplegar a sus ejércitos privados y comenzar a extender sus influencias. La región cuenta con materias primas como oro o mercurio, que Francia tenía privilegio en explotar. La llegada de Rusia, puede indicar, que los gobiernos del Sahel pagarán la operativa antiterrorista del grupo Wagner, con esos recursos. El Kremlin añadiría una zona geoestratégica bajo su control, al sur de Europa.
Rusia en el Sahel
Rusia observa la debilidad creciente de Francia en el Sahel y no va a dejar pasar la oportunidad. Putin ya tiene gobiernos afines en África, como Argelia. Además, está posicionada en el conflicto de Libia. Y su siguiente objetivo es ocupar el espacio de Francia en el Sahel. Se presume que la reciente expulsión de los diplomáticos franceses de Mali, se debe a que Rusia ha pasado a ser el nuevo aliado estratégico de este país. Esto se sabe gracias ala aparición de Wagner en Malí, grupo de mercenarios cuantificado en unos 10.000 miembros, que trabajan para intereses rusos.
La aparición de Wagner, se da en todos aquellos países en los que Rusia quiere extender su influencia. Su forma de proceder es la siguiente: cuándo un país, un gobernante afín o un territorio interesa a Rusia, primero manda a Wagner. Para evitar conflictos internacionales y no intervenir directamente, Rusia manda a este ejército privado en vez del ejército ruso. Wagner, se encarga de eliminar al enemigo seleccionado o garantizar la seguridad de una zona. El ejemplo sería la matanza de Moura. Rusia buscaría dar ejemplo, y en un pueblo donde se presume que había una serie de terroristas con el apoyo de los vecinos, Wagner habría matado a 300 de ellos para «manda un mensaje». Un ejemplo lo vimos en Siria. Rusia mandó a Wagner a ayudar a su aliado Al-Ásad.
Rusia va a acabar siendo la policía del Sahel. Mediante los métodos de Wagner va a poner a raya a los terroristas y Europa tendrá que marchar. Y Rusia tendrá acceso a los recursos que hasta ahora gestionaba principalmente Francia.