Tras más de 20 días de ataques sobre la ciudad, Mariúpol resiste en medio de una grave catástrofe humanitaria. En el día 20 de marzo conocimos la propuesta de Rusia de dar ultimátum a Ucrania para que rindan la población, permitiendo la salida de mercenarios y las tropas ucranianas. Ucrania ha rechazado entregar las armas de su ejército y abandonar la ciudad, el «asalto final» se acerca a Mariúpol.
Debemos tener en cuenta que Mariúpol, situada a 70 kilómetros de Rusia, ha sido un objetivo clave para el Kremlin desde el inicio. La resistencia de esta ciudad está retrasando el avance de las tropas rusas sobre Dnipro, Zaporiyia o Nikopol, lo que le permitiría a Rusia controlar el sureste del país. El Ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Réznikov, se refirió así a las tropas ucranianas en la ciudad: «los heroicos defensores de Mariúpol han jugado un papel muy importante en la destrucción de los planes del enemigo y en la mejora de nuestra defensa», además añadió, «gracias al coraje de los habitantes de esa ciudad, se han salvado decenas de miles de vidas en toda Ucrania».
Mariúpol
Mariúpol está situada en el sureste de Ucrania, en el óblast de Donetsk. Ciudad de importancia militar y económica situada a las orillas del mar de Azov. Es una de las ciudades más pobladas de Ucrania y su papel en la guerra de Ucrania es clave. Al oeste tiene la región de Crimea, controlada por Rusia desde 2014. Al sur, cruzando unos 40 kilómetros, el mar Azov, la región rusa de Krasnodar. En el este, a unos 100 kilómetros, la ciudad rusa de Rostov. Al noreste, la ciudad de Donetsk, que junto a los territorios prorrusos aledaños, forma la Autoproclamada República de Donestk. Actualmente la ciudad está totalmente aislada, al sitio sobre la población, se suma la conquista por parte del Kremlin, de las ciudades que permitían su conexión con el resto del territorio bajo control ucraniano.
¿Por qué Rusia necesita tomar esta población?
Justificación de la invasión Ucrania
Yanukóvich, expresidente prorruso de Ucrania, promulgó en 2014 una serie de leyes que alejaban al país de la Unión Europea y lo acercaban a Rusia. Esto provocó movilizaciones en gran parte de Ucrania, denominadas Euromaidan. Estas movilizaciones europeístas y nacionalistas consiguieron derrocar al presidente prorruso. Se presume que estas protestas fueron instigadas por fuerzas extranjeras, ya que buscaban derrocar a Yanukóvich y poner a un mandatario afín, con la idea de incorporar a Ucrania a la UE y a la OTAN. El movimiento proeuropeo tendría éxito en la mayoría del país, excepto en Donbass, Lugansk y Crimea, las zonas con más población rusa de Ucrania.
Por un lado, se creó la República Autónoma de Crimea. Un organismo generado por dirigentes prorrusos tras el Euromaidan, para integrar Crimea en Rusia, tras declarar un referéndum de anexión. En Donetsk y Lugansk, comenzó un conflicto armado entre las fuerzas independentistas de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk, Lugansk y el gobierno de Ucrania. En ese momento, las fuerzas armadas ucranianas fueron enviadas a recuperar esas regiones, comenzando una guerra abierta a partir de abril de 2014. Y una guerra de baja intensidad desde 2015 hasta el inicio de la actual guerra actual de Ucrania. Las Fuerzas Armadas de Ucrania, para intentar recuperar los territorios prorrusos, cuentan con la colaboración de grupos paramilitares ultras de toda Europa.
La venganza de Putin
Destaca el Regimiento Azov, unidad militar de extrema derecha formada por voluntarios neonazis de Ucrania y otros países de Europa. Pertenece a la Guardia nacional de Ucrania, unidad de reserva de las Fuerzas Armadas del país y bajo mando del Ministerio del Interior. Su sede está en Mariúpol. Parte de la población, acusa a este batallón de ejecuciones sumarias contra población civil prorrusa en la ciudad. La «nazificación» es una las razones que esgrime el presidente ruso para la guerra y se basa en lo que acabamos de explicar. La colaboración del gobierno ucraniano con el Batallón Azov y otros grupos de extrema derecha que han ejecutado población civil prorrusa. Desde 2014, Mariúpol, ha sido el centro de mando de las operaciones de estos batallones contra los rebeldes prorrusos. Putin ha prometido a su pueblo venganza, tomar la ciudad y eliminar a estos grupos de «nazis».
Mariúpol, territorio clave en la conexión de Crimea con Rusia al norte del mar Azov
Si el ejército ruso toma esta ciudad, podrá unir Crimea con Rusia, por acceso terrestre, pasando por Mariúpol. Actualmente existe un puente de conexión entre el sur de Crimea y Rusia, desde la ciudad portuaria de Kerch hasta la ciudad de Tamán. Pero la toma de Mariúpol, permitiría unir Crimea con Rusia, por el norte del mar Azov. El ejército ruso controla el óblast de Jersón, la zona sur del óblast de Zaporiyia, parte del óblast de Donetsk y la mayor parte del óblast de Lugansk. Si el Kremlin toma Mariúpol, situada en el suroeste del óblast de Donetsk, permitiría la conexión segura desde Rusia hasta Crimea, pasando por estos territorios. Lo que implicaría asegurarse la comunicación entre sus territorios y el control del sureste de Ucrania.
Control del Mar de Azov y acceso a la industria del acero
Además, la conquista de Mariúpol, supondría dejar a Ucrania sin acceso al mar de Azov. Rusia controlaría todos los accesos terrestres a esta masa de agua, lo que implica el control total del noreste del mar Negro. Debemos tener en cuenta que Turquía, Georgia, Abjasia (territorio prorruso no reconocido internacionalmente) Rumanía, Ucrania y Rusia se reparten los accesos a este mar. Si Putin controla el mar Azov, y no descartemos la zona de Odesa, pasaría a tener un poder sobre esta masa de agua casi comparable al de Turquía, que controla el paso del Bósforo.
En Mariúpol destacan dos fábricas de Acero, la de Ilyich y la de Azovstal, que representan el 7 % de las exportaciones de Ucrania. Esta ciudad acoge parte de la industria metalúrgica del país, situada en un puerto que le facilita la exportación. Se calcula que estas empresas dan empleo a unas 50.000 personas y aportan cerca del 50% del presupuesto de la ciudad. Además, estas industrias están controladas por oligarcas afines a Zelesnki, los cuales colaboran con la financiación de la defensa de Ucrania. Justificar la invasión, controlar el mar de Azov o acceder al control de parte de la industria del acero de Ucrania, hace de esta una ciudad un objetivo clave para Rusia.
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Es una deuda con el publeo ruso. Unos ciudadanos preparados para la escasez y el sufrimiento. Ellos pueden aguantar tiempo entre sanciones. Si eso pasa en la Unión Europea nos comemos entre nosotros.