El conflicto de Ucrania ha revelado la utilidad de los drones y la importancia y necesidad del desarrollo de equipos de guerra electrónica. La guerra más compartida de la historia, ha demostrado el uso masivo de los AUV de combate y lo imprescindible de contar con equipos que permitan actuar ante cambios y ataques a los espectros de energía.
Guerra electrónica
La guerra electrónica(EW) consiste en una actividad tecnológica y electrónica con el fin de determinar, explotar, reducir o impedir el uso hostil de todos los espectros de energía, por ejemplo el electromagnético. Se busca dañar o controlar los sistemas del adversario a la vez conservar la utilización de dicho espectro en beneficio propio. Desde la invención del radar durante la Segunda Guerra Mundial, la guerra electrónica no ha cesado de progresar a pasos agigantados hasta constituirse hoy en día en el factor decisivo de la victoria. La utilización militar de equipos electrónicos alcanza a todos los niveles y modalidades de combate, un ejército que no ha desarrollado sus capacidades de guerra electrónica, no está preparado para los conflictos actuales. Dada la complejidad de las operaciones militares con EW vamos a dividirlas en tres partes fundamentales
Medidas de apoyo de Guerra Electrónica (ESM) Área de la EW que comprende las acciones adoptadas para buscar, interceptar, identificar o ubicar fuentes de energía electromagnética irradiada con el fin de obtener un reconocimiento inmediato de la amenaza. Así pues, las ESM suministran una fuente de información requerida para acción inmediata que incluye contramedidas electrónicas, anti-contramedidas electrónicas, acciones de evasión, localización del blanco y otro empleo táctico de las fuerzas.
Contramedidas electrónicas (ECM), área de la EW que comprende las acciones adoptadas para impedir o reducir la utilización enemiga del espectro electromagnético. Y Medidas de Protección Electrónicas (EPM), área de la EW que comprende la adopción de medidas encaminadas a asegurar el uso propio del espectro electromagnético a pesar del empleo de la EW por parte del enemigo.
La importancia de la guerra electrónica
De la misma forma que sin conquistar la superioridad aérea es impensable obtener la victoria, sin la superioridad electrónica, tampoco. La capacidad de supervivencia de las fuerzas propias en un ambiente hostil y la precisión y efectividad de las armas dependen de la capacidad para controlar el espectro electromagnético. Por otra parte, la primera acción hostil en un enfrentamiento pasa siempre por la perturbación y el ataque a los sistemas de detección y comunicaciones del adversario. La EW no es un factor independiente, pero ha de considerarse un factor clave en la valoración de la supervivencia y la vulnerabilidad.
El funcionamiento de los ejércitos modernos gira en torno a la EW. Los equipos de comunicaciones permiten el control en tiempo real de todos los escalones de las fuerzas de combate y facilita al jefe de las mismas los datos necesarios para evaluar la situación. Las redes de radar facilitan una alerta previa de un ataque aéreo enemigo, y los sistemas electrónicos de dirección de tiro ayudan a la defensa antiaérea. Estas redes electrónicas pueden guiar a los aviones de interceptación contra la fuerza atacante.
Estos mismos aviones cuentan con un sofisticado conjunto de equipos para la detección de blancos, navegación y guiado de las armas hasta el objetivo. Sin embargo, como la totalidad de estos sistemas dependen en gran medida del espectro electromagnético en lo relativo a inteligencia y operatividad, las fuerzas oponentes pueden utilizar otros dispositivos electromagnéticos para reducir su utilización óptima e incluso servirse de nuestro sistema.
Rusia y la combinación de drones con guerra electrónica
Un ejército que a día de hoy no tiene desarrollado los dispositivos de guerra electrónica y el uso masivo de drones, ya ha quedado anticuado respecto al resto. Se ve muy bien en las unidades terrestres tradicionales, que sin una correcta cobertura de guerra electrónica, con sistemas anti-UAS y armamento contra sistemas aéreos no tripulados (UAS), no tienen cabida en la guerra moderna. Lo estamos viendo en Ucrania, las columnas de ataque ruso sin protección contra UAV, se han mostrado totalmente vulnerables.
La integración del apoyo de fuego terrestre y los UAS cobra gran importancia en la guerra moderna. En general, se observa una tendencia a dotar a los UAS de sistemas que los hagan más resistentes frente a las defensas aéreas y los sistemas de guerra electrónica. De hecho, un tercio de los UAS abatidos en la guerra de Ucrania está siendo como resultado de los sistemas de guerra electrónica, mientras que las dos terceras partes restantes fueron derribados por armas pequeñas y sistemas de defensa aérea.
Los drones del ejército ruso
En la última década, el ejército ruso ha desarrollado una serie de vehículos aéreos no tripulados de carácter militar. El kremlin se ha especializado en tres tipos de drones: los usados para reconocimiento y localización de objetivos, los empleados como apoyo de artillería, y el tercer grupo formado por aquellos dedicados a la guerra electrónica. Además, los ha probado y testado con éxito en la Guerra de Libia o en la de Siria. Una forma de conocer la importancia en la guerra actual del uso del UAV, lo vimos en Siria entre 2015 y 2018, donde el Kremlin los usó en más de 23.000 operaciones. Rusia dispone actualmente de más de 2.000 drones, destacando el Orlan-10, que es el modelo de UAV más numeroso dentro del arsenal ruso.
Las unidades del ejército ruso están dotados de un drone de cada tipo, de los nombrados antes. Los UAV usados para reconocimiento y localización de objetivos, son de menor tamaño y peso, lo que dificulta su detención. Son los considerados de baja altitud y corto alcance y su uso es básico para conocer el posicionamiento de las tropas enemigas sin ser detectados. Algunos tipos usados por el Kremlin son: Granat-1, Granat-2, Zala y Eleron-3, brindan información a nivel táctico, con un alcance entre 12 y 100 km.
En segundo lugar, tenemos los empleados como apoyo de artillería. Estos drones son conocidos como los MALE (medium-altitude long-endurance),UAV de media y largo alcance, como el Orion. El Orion puede portar bombas KAB-20, KAB-50 y FAB-50, así como bombas guiadas UPAB-50 y misiles guiados Kh-50. La carga de combate máxima es de 200 kilos. El peso máximo al despegue de este dron alcanza los 1.150 kilos, y su velocidad de crucero es de 200 km/h. Cuando vuela a esta velocidad por debajo de su techo de vuelo, que llega a los siete kilómetros, tiene una autonomía de hasta 24 horas. Debemos nombrar también el dron kamikaze ruso KUB-BLA, también llamado «granada voladora». De tamaño reducido y difícil detención, su objetivo es lanzarse contra unidades enemigas concretas.
Los drones equipados para la guerra electrónica
El tercer grupo de drones del ejército ruso, está formado por UAV usados para la guerra electrónica. De tamaño reducido, difíciles de detectar y equipados con sistemas que pueden infiltrarse y dañar redes tipo 4G o sistemas de comunicaciones similares. Uno de los más conocidos es el Leer-3 RB-341V, se acusa a Rusia de utilizarlos en la Guerra de Ucrania para piratear sistemas defensivos del ejército ucraniano. Dentro de los UAV son los que tienen menor recorrido, pero con todo el futuro por delante. Rusia, al igual que otros países, está probando modelos que buscarían ser lanzados contra centrales eléctricas o de comunicaciones, y hacerse con el control de las mismas desde el drone. Debemos estar atentos a Ucrania, ya que las guerras, son el momento perfecto para probar la utilidad real de las nuevas tecnologías.
Hoy en día un ejército sin capacidad de guerra electrónica no es nada. Lo que es muy interesante es la combinación drone con guerra electrónica. Envías un AUV a una central eléctrica con un virus, y puedes deshabilitarla. Las sociedades no están preparadas para proteger todas sus infraestructuras.