En los días posteriores al inicio de la Guerra de Ucrania, los países occidentales pusieron tres rondas de sanciones a Rusia. Buscaban aislar a la economía de la Federación Rusa, pero las sanciones no afectaron a todos los bancos ni a todos los instrumentos de pago que usan el Swift. Dos bancos rusos continúan en el sistema de pagos. ¿Por qué? Porque son los bancos que reciben los pagos del gas (valorado en 40.500 millones de euros/año) y petróleo(100.000 millones de euros/año) de los hidrocarburos que vende Rusia en Europa. El motivo, la dependencia energética de la Unión Europea con Rusia. Si los países occidentales sancionaran estos bancos rusos, el riesgo de apagón sería real en la mayoría de países de la UE.
En esta serie de artículos vamos a analizar la dependencia energética de la UE, cómo llega el gas a Europa y cuál es el plan para sustituir los hidrocarburos que la UE consume de Rusia. Y, por tanto, parte de la financiación de la Federación Rusa.
La dependencia energética de Europa
Europa gasta más energía primaría de la que puede producir, por eso tiene que comprar, entre otras materias primas, gas en el extranjero. La situación de dependencia energética de Europa se debe principalmente a la situación geográfica, sumado al nivel de vida y a las decisiones políticas que nos ha llevado a esta situación. Antes de nada debemos hacer una aclaración, la dependencia energética de los países europeos no es la misma y las fuentes de llegada de materias primas energéticas también es diferente. Mientras encontramos países con dependencia de gas ruso como Lituania(71%) o Estonia(90%) encontramos otros como España, dónde el gas ruso solamente supone el 10% del total del gas importado. Respecto al petróleo, Europa sólo importa el 6% del total que consume de Rusia. Por lo cuál centraremos el análisis en el gas.
La situación geográfica permite a Europa tener escasos yacimientos, yacimientos no rentables o yacimientos que la política europea no permite explotar. Los recursos europeos de gas en producción, se centran principalmente en el Mar del Norte y en Noruega. Esta situación se añade al nivel de vida europeo, intensivo en consumo de materias primas, lo que hace más acuciante la necesidad de importar materias primas energéticas. Además, en los últimos años se ampliaron las redes de gas por todos los países europeos y se gasificaron las ciudades y polígonos.
El gas en la política europea
Las decisiones políticas también representan un papel fundamental en la situación actual de dependencia del gas en Europa. Europa ha avanzado en dos direcciones respecto al gas. Por el lado del consumo, la mayoría de países de la Unión Europea han fomentado en las últimas décadas el uso del gas de sus sociedades. La gasificación de hogares, polígonos o instituciones ha sido una práctica habitual. Además, se acordó cerrar las centrales térmicas de carbón, en muchos casos dónde este combustible era de origen nacional, y en parte sustituirlas por gas. Se crearon multitud de centrales de cogeneración a gas, para producir electricidad, ahora vemos las consecuencias. Esta decisión buscaba reducir la contaminación a la hora de producir electricidad, pero los intereses medioambientales no dejaron ver los intereses geo estratégicos.
Por el lado de la producción, las medidas de la Unión Europea respecto al gas, se han basado en una política de importación. La presión de determinados países y lobbies «verdes» han provocado que muchas naciones no aprovechen sus recursos gasistas ni las nuevas tecnologías como el «fracking». Un ejemplo lo tenemos en España. Este país cuenta con importantes reservar de hidrocarburos en las Islas Canarias, pero por decisiones políticas, no las explotará. Lo más «gracioso» de la situación, es que será Marruecos quién los explote y en aguas en disputa con España. También España es ejemplo con las nuevas tecnologías para producir gas, «la facturación hidráulica o fracking». El país peninsular es idóneo para este tipo de práctica, pero la legislación nacional lo prohíbe. Han decido desarrollar un sistema de importación basado en traer gas por gaseoducto y complementarlo con GLP llegado en barco.
¿Cómo llega el gas a Europa?
El gas se puede transportar de dos maneras: en forma de gas licuado transportado en barco y en su estado gaseoso a través de gaseoductos. Europa cuenta con multitud de infraestructuras tanto para transportar el gas por gaseoductos como para regasificar la materia prima que llega en barco. Respecto a los puertos con infraestructura de regasificación se reparten por los principales puertos europeos. Destacar el puerto de Reganosa en A Coruña, especializado en buques gaseros de EE. UU. Una vez que el barco llega al puerto se conecta a la regasificadora, esta devuelve el gas a su estado habitual y lo introduce en la infraestructura gasista.
Gaseoductos del norte y noreste
Por otro lado, tenemos los gaseoductos. Vamos a distinguir los del norte y noreste, el del este y los del sur. En primer lugar, tenemos los del norte y noreste. Una parte de los del norte salen a Reino Unido y Francia desde Noruega y los yacimientos en el Mar del Norte. La otra parte de los gaseoductos del norte vienen de Rusia, que vende a Europa el 87% de su producción de gas. Entre ellos destaca el Nord Stream1, que va desde San Petersburgo pasando por el mar Báltico y con llegada en el norte de Alemania. Paralelamente a este gaseoducto discurre el Nord Stream2, famoso en el conflicto de Ucrania. Este gaseoducto está finalizado, pero su apertura ha quedado suspendida por la Guerra de Ucrania.
Luego existe el gaseoducto central, Yamal-Europa, que conecta los campos de gas ruso con el centro de Europa a través de Bielorrusia y Polonia. Y luego tenemos los gaseoductos del «Pasillo del Gas Ucraniano». Un gaseoducto que se bifurca varias veces en territorio ucraniano y que lo cruza de norte a sur y de este a oeste, lo que hace de Ucrania un lugar clave para el gas. Esta situación la estamos viendo en el reciente conflicto entre EE. UU. y Rusia en Ucrania.
Gaseoductos del sur y sureste
En el sur encontramos cuatro gaseoductos. Tres de ellos salen de Argelia dirección Europa. El Magreb-Europa, que llevaba gas desde Argelia a España pasando por Marruecos y fue parado recientemente. Debido a las tensiones entre Marruecos y Argelia, este último decidió cortar el suministro por este gaseoducto y enviarlo por otro que no pasara por Marruecos. El gaseoducto sustituto es el Medgaz, que va de Argelia directamente a España atravesando el Mediterráneo. El Transmediterráneo es el gaseoducto que va desde Argelia a través de Túnez y Sicilia hasta Italia. Y el último es el Greenstream, gasoducto submarino de gas que se extiende desde el oeste de Libia hasta la isla de Sicilia.
En la zona este encontramos el gaseoducto Trans Adriático, que va desde los campos de gas de Turquía hasta el sur de Italia atravesando el Mar Adriático.
Parte 2: La geopolítica de EEUU para sustituir el gas y petróleo ruso en Europa(II)
Esperando la segunda parte. Muy interesante el análisis de la gestión política sobre el uso del gas en Europa. Los lobbies verdes se forran vendiendo la luaz a esos precios, mientras no se puede quemar carbón nacional…
Vaya desastre de gestión del gas en Europa. Pasa que los ciudadanos no nos enteramos de sus líos de geopolítica y no protestamos. Ahora esquilmados por los precios de los combustibles, luz….