La cita anual de la Conferencia de Seguridad de Múnich, cómo no podía ser de otra manera, estuvo centrada en el conflicto de Ucrania. La conferencia mostró una vez más las diferencias entre el modelo de democracias liberales internacionalistas defendido por EEUU, Unión Europea y aliados, frente a la defensa del estado soberano por parte de Rusia y China.
Conferencia de Seguridad de Múnich
La Conferencia de Seguridad de Múnich se ha convertido en el foro independiente de referencia para las decisiones sobre seguridad internacional. Su objetivo es provenir conflictos militares futuros. Se celebra en Múnich desde 1963 y reúne a los más altos cargos políticos, militares, científicos, empresariales, representantes de la sociedad civil y medios de comunicación, de un conjunto de 70 de países actualmente.
La intención de la conferencia es abordar los principales temas de seguridad y debatir y analizar los principales desafíos de seguridad en el presente y el futuro en línea con el concepto de seguridad en red. Un punto focal de la conferencia es la discusión y el intercambio de puntos de vista sobre el desarrollo de las relaciones internacionales así como la seguridad europea y global.
Aunque en su inicio estaba enfocada a la seguridad europea, con el objetivo de prevenir nuevos conflictos en el continente, se ha ido ampliando a nuevos participantes Las relaciones entre naciones se han internacionalizado al igual las disputas entre los mismos. Esto ha llevado a la ampliación de la cumbre original formada por países europeos y afines en su inicio, a expandirla a otros estados como China, India, Irán, Japón o Rusia. Se celebra en el mes de febrero de cada año y se utiliza para discrepar debates de fondo entre los participantes. En esta edición el conflicto de Ucrania junto con la contraposición de modelos, han marcado la cita.
Choque de modelos: globalismo frente a estado nación.
La Conferencia de Seguridad de Múnich celebrada del 18 al 20 de febrero, nos dejó un nuevo enfrentamiento entre los países occidentales y Rusia y China. El Alto Comisionado de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, denunció «China y Rusia buscan un nuevo orden mundial dónde el ciudadano sirve al estado, en decadencia de las libertades de las personas». El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, no tardó en responder. Acusando a EEUU y sus aliados de» buscar el freno del progreso mundial intentando debilitar el crecimiento de China». La conferencia fue una muestra más de la rivalidad de dos modelos, de la rivalidad por el liderato mundial.
El modelo de EEUU frente al desafío del conflicto de Ucrania.
EE. UU. considera que su modelo «globalista» es el que garantiza la libertad y la riqueza de las naciones. Basado en que la libertad individual siempre está por encima del estado. Otra característica de este modelo es el fomento de la globalización económica como camino al globalismo y mundialización. El globalismo es un sistema ideológico, que promueve la concentración del poder a escala mundial y la transferencia de la soberanía de las naciones, a entidades supranacionales, para conformar una estructura de poder global. Este modelo difundido por EEUU ha encontrado en el conflicto de Ucrania su enfrentamiento directo contra el modelo estado nación defendido por Rusia y China.
Si EE. UU. sale como ganador del conflicto, el modelo estadounidense sufrirá un impulso y debilitará a sus principales rivales, Rusia y China. Además de la victoria de su modelo, EE. UU. podría extender más la influencia de sus empresas.EE. UU. no puede permitirse una derrota en este conflicto. Si Rusia saliera como ganadora de este enfrentamiento, su modelo cultural y social podría verse como un modelo de fortaleza y éxito frente al modelo estadounidense. En este caso, podría extenderse y EE. UU. perdería parte de la influencia que ya posee a lo largo del mundo. Un ejemplo de esta situación se está viviendo con Hungría. El actual presidente húngaro, Viktor Orbán, desde su llegada al poder se ha ido acercando al modelo de Rusia y China frente al modelo de EE. UU. Una victoria por parte de estos dos países podría legitimar y expandir, como en Hungría, su modelo.
El plano militar es otro campo en el que EE. UU. , Rusia y China se juegan una de sus principales bazas. Los tres países están considerados como gigantes militares, el o los que salga derrotado perderán poder y su influencia en la geopolítica internacional se verá reducida. El ejército es fundamental para estos tres países, ya que parte de su influencia o riqueza, depende del miedo que se tiene a sus fuerzas armadas. El modelo derrotado de los dos, tendrá que hacer frente a duras consecuencias. Su modelo se verá debilitado, su ejército será menos respetado y sus posesiones pueden ser objetivo de otras potencias que quieran medrar.
El modelo de Rusia y China frente al desafío en Ucrania
Rusia y China muestran un modelo basado en los estados nación. Dónde los valores tradicionales de familia, tierra y trabajo son la base. Fomentan una sociedad con unos valores nacionales distintivos frente a lo «homogeneización» que para ellos supone el globalismo. Desde los gobiernos de Rusia y China se proponen una serie de actividades básicas para población. Por ejemplo, ajedrez, determinados deportes, ópera, conciertos sinfónicos, musicales, ballet y todo tipo de planes que promuevan la cultura distintiva de estos dos países. Se busca que la sociedad asimile como propias estas actividades y los valores que conllevan. Además, se complementa esta formación cultural, con una educación que hace ver a su población los intereses extranjeros detrás de los modelos culturales.
China y Rusia defienden que detrás de «las influencias globalistas» existen grandes fondos de inversión que controlan EE. UU. y sus países aliados. Estos fondos de inversión quieren extender un modelo consumista a nivel global y eliminar todas las diferencias entre los habitantes de la tierra. Defiende que quieren borrar la diferencia entre hombre o mujer, eliminar las fronteras o eliminar la familia tradicional. Su objetivo sería romper los lazos familiares, territoriales o sociales con el objetivo de individualizar a las personas y tenerlas «controladas y domesticadas» a través del consumismo. Defienden que una persona sin familia, sin tierra y sin trabajo es una persona que vivirá en el medio y la ansiedad. Y ese miedo y ansiedad le lleva ser servil y a buscar en el consumismo su modo de escape. Estos grandes fondos de inversión tendrían más dinero y más poder, a costa de instalar su modelo «globalista-consumista».
Rusia, junto con China, son los contrapesos de la influencia de EE. UU. en el mundo. Si Rusia y China salieran debilitadas de esta situación, supondría la pérdida de influencia y la pérdida de miedo a los ejércitos de estos países. La población de China y Rusia, y de los países vecinos que siguen el modelo ruso, podrían revelarse e implantar otro sistema si ven debilidad. Por eso China y sobre todo Rusia, se debaten en este conflicto parte de la supervivencia de su modelo.
Rusia y China saben el camino a seguir para establecer el «Nuevo Orden Mundial»
La situación en Ucrania está llevando a posicionarse a la mayoría de países del mundo, por lo cual las relaciones entre muchos de ellos no volverán a ser las mismas. Además, la alianza de China con Rusia traerá importantes cambios en la geopolítica global. Estos dos países han preparado acciones de guerra económica contra EE. UU. Las medidas buscan hacer daño donde más duele a EEUU, en la economía.
La primera es avanzar en la desdolarización. El Euro estuvo presente en el 30% de las transacciones frente al 46% del dólar y el 20% del Rublo y el Yuan en el año 2020. Tras los últimos acontecimientos han acordado avanzar para eliminar el dólar de sus transacciones y se han marcado unas normas. Todas las transacciones deberán hacerse en rublos o yuanes. Las transacciones que no acepten estas monedas, serán llevadas a cabo en euros. Quieren eliminar el poder que le da a EE. UU. el uso del dólar. Además, esperan extender esta medida a sus aliados para que el dólar deje de ser la moneda de referencia.
La segunda acción de guerra económica que han acordado aplicar Rusia y China, es desarrollar un nuevo sistema de pagos internacionales. Su objetivo se basa en crear los instrumentos, procedimientos y métodos de transferencias de fondos necesarios para generar un nuevo sistema independiente. Su objetivo no sería solamente usarlo China y Rusia, si no, extenderlo como sistema paralelo al dominado por EE. UU. Esto supondría la eliminación de parte del control y poder que le dan estas herramientas a EEUU, lo que provocará una importante pérdida de influencia global. Tanto China como Rusia saben que el modelo de EEUU vive y se expande gracias a la economía. Si son capaces de frenarlo, lograrán un nuevo orden mundial no sólo debilitando a EEUU sino también, a sus aliados.
Europa debe buscar su propio camino. Y si China mañana se come a EEUU en qué lugar queda la geopolítica de Europa? . Rusia y China son rivales de eeuu no de Europa. Estamos a tiempo de cambiar la geopolítica europea antes de ser demasiado. Periódico geopolítica ojalá continues tratando estos duelos sobre los modelos.