El 26 de mayo de 2022, Mario Draghi, Presidente del Consejo de Ministros de Italia, habló por teléfono con su homólogo ruso, Vladímir Putin, sobre la crisis alimentaria que acecha al mundo. «El propósito de mi llamada telefónica a Putin fue para pedirle si se podía hacer algo para desbloquear el grano atascado en Ucrania» dijo el mandatario italiano, tras la conversación en una reducida rueda de prensa. Draghi, en un ejemplo de transparencia, dijo públicamente lo que se sospecha que llevan avisando los servicios de Inteligencia, a sus gobiernos, desde el bloqueo del puerto de Odesa. «La crisis alimentaria que se avecina, y que ya está presente en algunos países africanos, tendrá proporciones gigantescas y terribles consecuencias humanitarias», dijo el mandatario italiano.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, alertaba el 18 de mayo de 2022 en la sede de la ONU, en Nueva York, sobre el «imparable» número de personas que sufren hambre en el mundo. Durante una reunión ministerial convocada para buscar la seguridad alimentaria mundial, António Guterres recordó un dato estremecedor. En solo dos años, el número de personas con inseguridad alimentaria grave se ha duplicado, pasando de 135 millones antes de la pandemia a 276 millones en la actualidad, y tras el inicio de la Guerra de Ucrania, no son alentadoras.
La relación entre la Guerra de Ucrania y la Crisis alimentaria
El control ruso sobre las posiciones de Ucrania en el mar Negro
La búsqueda del control del norte del mar Negro por parte de Rusia, se mostró en 2014. Ese año, tras los sucesos del Euromaidan, Moscú se anexionaba Crimea. El 24 de febrero, con el inicio de la invasión, quedaba claro que esta masa agua era un objetivo prioritario de Moscú y parte de su guerra económica en el conflicto de Ucrania. El Kremlin puso en marcha una operativa en tres ejes para controlar el mar Negro, con el objetivo de ahogar a Ucrania y tener poder de presión sobre los mercados alimentarios globales.
Control de las aguas del mar Negro
En primer lugar, Rusia buscó imponer su dominio en el mar Negro desde el primer día de la invasión, eliminando sin complicaciones a la reducida flota de Ucrania. Debemos entender que Rusia posee en Sebastopol, en la península de Crimea, la principal base de la Flota del Mar Negro de la Marina Rusa. Esto permitió al Kremlin extender su control por toda la costa de Ucrania y eliminando el control de Kiev sobre sus aguas.
La isla de las Serpientes
La segunda clave es un islote frente a Odesa. La isla de las Serpientes es una acumulación rocosa situada en el mar Negro, a 45 km de las costas de Rumanía y Ucrania. Actualmente la isla pertenece a Ucrania, pero está tomada por Rusia, desde el segundo día de invasión, dentro del conflicto entre ambos países. Puede parecer un trozo insignificante de tierra, pero guarda importantes claves. Con la toma de la isla de las Serpientes, las fuerzas rusas están en una posición de control sobre el acceso marítimo a Odesa y las rutas comerciales que llegan a ella.
La conquista de la costa ucraniana y el control de los puertos
La tercera clave, aplicada por el Kremlin para tomar la costa ucraniana, fue la conquista terrestre de la misma. Con el inicio de la invasión, Rusia desplegó una serie de lenguas de ataque. Una parte de ellas se encargaron de conquistar los dominios marítimos ucranianos, desde Mykolaiv, pasando por Jersón y Zaporoyia hasta Donetsk. El Kremlin finalizó la conquista de las posiciones marítimas ucranianas, con la toma de Azovstal, Mariúpol. Tras la caída de la ciudad costera, Rusia pasó a controlar los dominios marítimos ucranianos desde Mykolaiv hasta Donetsk, entre ellos, por ejemplo, el puerto de Berdianks.
En estos momentos, Kiev solo mantiene bajo control la franja costera entre el delta del Danubio y la desembocadura del Dniéper. Lo que implica que mantiene dos puertos en el mar Negro: el de Odesa y el de Bilgorod-Dnistrovskiy, este segundo con escasa capacidad comercial e infraestructuras obsoletas. Por lo cual, Odesa es el único puerto con capacidad para exportar desde Ucrania, pero esto no sirve de nada. Tanto la instalación portuaria, como las rutas que llegan a la misma, están bloqueadas. También hay que indicar que el propio ejército ucraniano minó parte de la costa cerca de Odesa, lo que ahora es usado en su contra y ya ha provocado incidentes con minas a la deriva.
Bloqueo marítimo
Un bloqueo marítimo es cualquier esfuerzo para evitar que suministros, tropas, información o ayuda alcancen una fuerza de oposición. Los bloqueos son la piedra angular de toda campaña militar y una opción valiosa en las guerras económicas contra una nación contraria. Los bloqueos se planifican de acuerdo con cuatro reglas generales: el valor del objetivo para bloquear, l a potencia del bloqueo es igual o mayor que la fuerza de oposición, la disposición del terreno para ayudar al bloqueo y la previsión de fuerzas para mantener el bloqueo.
Rusia tenía perfectamente planeado el bloqueo marítimo de Ucrania. Kiev no puede contar con la llegada de armamento ni suministros por vía marítima. Pero al mismo tiempo, tampoco puede dar salida a su producción agrícola, lo que constituye un serio problema global, por el sexto exportador mundial de trigo.
El granero ucraniano
Después de la República Socialista Soviética de Rusia, la República Socialista Soviética de Ucrania era la más importante república de la Unión Soviética en términos económicos. Su suelo fértil producía 1/4 de la producción agrícola soviética y de sus exportaciones alimentarias depende parte del alimento que llega a decenas de países. Ucrania fue el quinto mayor productor de maíz en 2020, tras Estados Unidos, China, Brasil y Argentina. Sexto mayor productor de trigo, tercero en producción de patata, primero en producción de aceite de girasol, séptimo de remolacha, noveno de soja…Y así hasta una lista de más de 30 productos agrícolas donde Kiev compite a nivel mundial.
El puerto de Odesa
Pero el granero ucraniano no tiene sentido si sus alimentos no se pueden exportar. Ucrania tiene una gran dependencia de la exportación de productos agrícolas, que vende en su mayoría a través de rutas comerciales marítimas por mar. El 75% de las exportaciones de grano se realizan a través del puerto de Odesa y está bloqueado. El propio António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, declaró que cerca de veinticinco millones de toneladas de grano, se encuentran “atrapadas” en el país. La inmovilización de estas materias primas supone un duro revés para una economía que ya se encuentra muy afectada por la invasión, y provoca la alteración de la seguridad alimentaria global.
La Seguridad Alimentaria Mundial se refiere a la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad por parte de todas las personas, bajo condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una vida saludable y activa. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019 de la FAO, se estima que un total de 2.000 millones de personas en el mundo experimentan algún nivel de inseguridad alimentaria. Tras la crisis alimentaria actual, la cifra no para de crecer y ya ha sumado casi 200 millones de personas en 5 meses, según la ONU. Agravada por el crecimiento del yihadismo en África, hasta liderar los indicadores globales de muertes.
Crisis alimentaria
Entre 2018 y 2020, África ha importado 3,7 mil millones de dólares en trigo de Rusia y 1,4 mil millones de dólares de Ucrania. Las compras africanas a Moscú corresponde con el 32% del total, y las de Kiev con el 12%. Estamos hablando de que casi la mitad del trigo que se consume en África, proviene de estos dos países. A día 10 de mayo de 2022, Ucrania espera perder un tercio de la cosecha anual. Y de igual manera que pasa con los combustibles, los países africanos se ven expulsados del mercado ante la imposibilidad de acceder y pagar los precios actuales.
Además, la subida de precios de la maquinaria agrícola, los fertilizantes o las propias semillas por la guerra, han dañado aún más a la mayoría de sociedades africanas. La agricultura es el mayor sector económico de África, representando en los últimos años aproximadamente el 15% del PIB total de la región y más de 100 mil millones de dólares anuales. Esta situación, junto a la falta de suministro, puede llevar a la pobreza extrema a 250 millones de africanos, los cuales miran a Europa para escapar del hambre.
Pero también, hay una clave que relaciona la crisis política con la alimentaria, Rusia es el mayor exportador del mundo de trigo y a diferencia de Ucrania, su cosecha no ha sufrido daños por la guerra. 25 países africanos dependían del suministro de trigo de Rusia o y Ucrania en el año 2021, 21 de ellos importaban la mayoría de este cereal de Moscú. Tras la guerra, los 25 han pasado a ser compradores prioritarios de Rusia, lo que aumenta el poder del Kremlin en África y muestran la geopolítica del trigo.
Exigencias de Putin para poner fin al bloqueo
Según refirió Draghi en su rueda de prensa, el presidente ruso se lamentó de las sanciones económicas, a las que culpó de la crisis alimentaria. «Si se levantaran las sanciones -dijo Putin a Draghi-, Rusia podría exportar cereales». El presidente ruso dijo también a Draghi que «los puertos en el Mar Negro están bloqueados porque han sido minados por los ucranianos». Draghi se mostró pesimista sobre el curso de la guerra, con una frase contundente: «¿Si he visto indicios para la paz? La respuesta es no». Sea por las minas ucranianas, o por la Flota Rusa, el tráfico de alimentos de Ucrania está bloqueado y además Rusia tiene el poder sobre la mayor capacidad exportada de trigo del mundo.
Esto podría ser usado como arma de guerra híbrida, empujando a millones de migrantes hacia las fronteras europeas. Y a Rusia y Bielorrusia ya los hemos visto, recientemente, aplicando este tipo de acciones desestabilizadoras. Y la amenaza aumenta ante el avance del yihadismo en África, destacando el Sahel y el Cuerno del continente.
¿Qué es la guerra híbrida?
Una estrategia híbrida es un conjunto de operaciones en el que se utiliza todo tipo de medios y actividades con el objetivo de desestabilizar un territorio y provocar la polarización de su sociedad. Las estrategias híbridas pueden ser llevadas a cabo por ciudadanos, organizaciones o países con el objetivo de mover el foco de posibles problemas en el país agresor al país agredido. Este tipo de estrategias tienen la particularidad de que el agresor se camufle y pueda evitar que le atribuyan el ataque. Otra manera de referirse a estos términos y englobarlos a todos, es referirse como conflicto irregular. Todo puede ser usado con tal de ejercer una situación dañina a una población en un territorio.
El ejemplo de Bielorrusia y los migrantes como arma híbrida
En noviembre de 2021, miles de inmigrantes iraquís intentaron entrar a Polonia desde Bielorrusia. La procedencia de estas personas, en este caso, puede llamar la atención, pero todo formaba parte de una estrategia desestabilizadora por parte de Bielorrusia y Rusia contra Varsovia. El gobierno bielorruso desarrolló un plan para traer a migrantes Iraquís hasta su territorio, darle herramientas para atravesar las vallas y luego guiarlos hasta las fronteras de la UE. Además, la operación merece un análisis más profundo, ya que el origen de esas personas no es casual, la clave es su religión y su procedencia. En los últimos años, Polonia ha vivido un renacimiento nacionalista y un aumento exponencial de los grupos ultras de ideología ultraderechista.
Rusia y Bielorrusia sabían como provocar, crear división y malestar en la sociedad polaca. Pero el caso no es único, Europa es objetivo habitual de las acciones de guerra híbrida mediante migrantes. Los casos de Túnez y Libia hacia Italia, el de Turquía con Grecia, o el de Marruecos con España. Todos ellos tienen en común, que países no democráticos, o no totalmente, usan a personas como armas contras las democracias europeas. Y ahí está la debilidad de la Unión Europea, saben que los estados democráticos europeos están entre la espada y la pared. Si entran inmigrantes aumenta la tensión interior por el descontento social en parte de la sociedad, si no se permite su entrada, otra parte de la sociedad europea se crispará. Y el remate de la operación, es que entre esos migrantes vayan terroristas.
Occidente tendrá que desbloquear el puerto de Odesa, difícil por la superioridad naval de Rusia en el mar Negro, retirar las sanciones como pide Rusia o prepararse para un éxodo hacia Europa.
Es exageradamente grave ver como ciertos países juegan con el hambre en el mundo para negociar condiciones favorables…
Lo que es aún peor es que de nada va a servir porque no hay intereses mutuos en que ése sea el fin a alcanzar.